Preocupado por las encuestas y la caída de imagen del gobierno, el presidente Mauricio Macri planea un plan de vivienda para mostrar resultados rápidos y atraer votos en la provincia y, en especial, en el Conurbano. Con ese objetivo, en el gobierno nacional ya piensan en un plan que incluye casas prefabricadas para los más pobres, el nuevo Procrear para el segmento medio y los créditos hipotecarios a 30 años para los que más ganan.
En el Gobierno dividen a los argentinos en tres grupos en materia de vivienda. En el primer escalón están los que ganan menos de dos salarios mínimos por mes ($16.000 mensuales de ingreso familiar) y dependen de la vivienda social. En el segundo grupo están los que cobran entre 2 y 4 salarios mínimos (16 a 32 mil pesos mensuales) y pueden acceder al “nuevo” Procrear. En el último sector están los que tienen como ingreso más de 4 salarios mínimos ($32.000) y podrían acceder a los nuevos créditos hipotecarios que se anunciaron esta semana a 30 años pero atados a la inflación.
Para el primer escalón, el gobierno piensa en cambiar el sistema actual por las peleas entre las provincias y los municipios que llevan a demorar la concreción de las viviendas sociales. Para apurar los tiempos en época electoral, la idea de Macri es que se haga cargo la administración nacional y que las casas se construyan en terrenos federales, sin intervención de gobernadores ni intendentes. Pero lo polémico es que piensan en entregar viviendas prefabricadas y hasta de madera.
Detrás de la idea hay un negocio: una empresa china que se está instalando en el país y promete hacer 5.000 prefabricadas por año con precios un 40% más baratos que la construcción tradicional. Seiscientos dólares el metro cuadrado contra mil dólares. Al parecer, las licitaciones ya están en marcha. Los fabricantes y los empresarios de la construcción no se quedarán callados.
Para el segundo sector, que ganan hasta 32 mil pesos mensuales, está el remasterizado Procrear. Como fracasó el plan que lanzaron en 2016 y que prometía diferenciarse del que había llevado adelante el kirchnerismo, resolvieron ahora subir la parte de préstamos que financiará el Estado. El problema es que ya hay más de 100 mil inscriptos y la plata alcanza para la mitad.
En el último sector, el de clase media, es donde creen que se dará el punto más importante de la reactivación de la construcción. Aquí entran los créditos hipotecarios a 30 años, indexados por la inflación, que anunciaron esta semana los tres bancos estatales: Nación, Provincia y Ciudad. Los préstamos estarán disponibles desde abril. Alcanzan a empleados en relación de dependencia, monotributistas y autónomos. Y las cuotas van desde $ 4.600 (Nación), $ 5.993 (Ciudad) y $ 5.931 (Provincia) por un millón de pesos. La primera pregunta es qué se puede adquirir con ese monto en el mercado inmobiliario actual. La segunda es cuántos apostarán a que la inflación no se dispare -ya que el préstamo estará atado durante tres décadas a la UVA (Unidad de Valor Adquisitivo) y la cuota termine siendo un dolor de cabeza.
1 comentario
ATADOS A LA INFLACION…!??? NAAAA!! QIEN VA A SER TAN BOLUDO!!