Tras las Pascuas, el presidente Mauricio Macri volverá a mostrarse con los gobernadores el próximo martes con la excusa de firmar el Compromiso Federal para la Modernización del Estado. Sin embargo, durante el encuentro, el mandatario bajará una orden explícita: que bajen el déficit fiscal y que sean más rigurosos con la planta de empleados. María Eugenia Vidal ya puso manos a la obra e instaló en la Gobernación dispositivos electrónicos para controlar la entrada y salida de los estatales, como previa a medidas más drásticas.
En el acuerdo que Macri suscribirá con los gobernadores hay un punto que hace directa referencia al empleo público y habla de “jerarquizar” el trabajo estatal. La idea oficial es que los gobernadores fijen procedimientos de incorporación de empleados públicos en función de méritos. Un eufemismo para evitar decir que quieren que se congele y, lo ideal, se recorten las plantas permanentes en cada provincia para recortar el gasto.
El texto que ya fue girado a los mandatarios y que trascendió desde la Rosada habla de “promover el ingreso al Estado por concursos públicos y transparentes, desarrollando una adecuada estructura del Estado”.
Macri está obsesionado con el ajuste sobre las plantillas de empleados estatales provinciales y cuestiona a los gobernadores que, no sólo no despidieron empleados sino que aumentaron la plantilla en 2016. Un informe que elaboró el Ministerio de Trabajo, que conduce Jorge Triaca, da cuenta que hubo un grupo de provincias en el que subió “por encima de la media” entre las que están Tucumán, San Juan, Formosa, La Pampa, Neuquén y Corrientes gobernadas por opositores, y la curiosa excepción de Jujuy, gobernada por Gerardo Morales.
Vidal da el ejemplo
Como buena alumna de Macri, Vidal da el ejemplo. El año pasado congeló por decreto los pases a planta permanente, aún cuando se produjeran vacantes. Esa norma sigue vigente.
A la plantilla en el freezer le sumó en la última semana de marzo el control en los ingresos de la Casa de Gobierno, como parte de una “prueba piloto” para extender en el resto de la administración pública. Mandó a instalar molinetes con lectores electrónicos de huellas digitales. Esto le permite controlar horario de entrada y salida de los empleados para ver si se cumple con las horas de trabajo. En el mundo de la meritocracia macrista, quienes no cumplan automáticamente entran en la lista de posibles despedidos.
La medida que cayó muy mal en muchos de los empleados, aunque al parecer Vidal lo hizo con el aval de UPCN, el gremio mayoritario en el estado bonaerense, que es aliado de la gobernadora y acordó en diciembre el 18% en cuatro cuotas -por todo 2017- que los maestros se niegan a aceptar.
1 comentario