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22 noviembre, 2024
PROVINCIA

Cristina ante la encrucijada de seguir o no los pasos de Perón

Por Alfredo Silletta. La mayoría de los intendentes, especialmente los del poderoso conurbano han planteado con firmeza que es necesario que haya una lista de unidad encabezada por la ex presidenta Cristina Kirchner, hoy la actora más importante del peronismo. Decían por estas horas los intendentes que “Cristina en el Congreso es clave para frenar el ajuste que viene realizando el gobierno de Mauricio Macri. “En la calle la gente nos dice ‘Cristina volvé que con Macri nos estamos cagando de hambre’”, contaba Patricio Mussi, intendente de Berazategui.

Desde el randazzismo, que está muy mal en las encuestas, presionan para que haya PASO y están decididos a no bajarse. Un detalle para tener en cuenta es que Florencio Randazzo todavía no habló, se mantiene en silencio. Argumentan que en una interna sumarían más votos, ya que el ex ministro de Interior tendría apoyo  de aquellos que no quieren a la ex mandataria. Según el sociólogo Artemio López es una equivocación: “En el 2015, Scioli no sumó más votos que los que tenía Cristina”.

Un jefe comunal expresó que “el único sector que tendrá PASO es el peronismo, por lo cual seremos bombardeados por Clarín para desgastarnos cuando podríamos estar 45 días cuestionando las políticas de hambre del gobierno. Esto ya lo vivimos en el 2013”.

¿Qué hará la ex presidenta? Nadie lo sabe. Si es candidata la discusión se termina porque en una interna ganaría 9 a 1 a Randazzo, algo que dicen todos los encuestadores. Si no se presenta y aparece una fórmula con dirigentes como Verónica Magario, Daniel Scioli o Martín Insaurralde, y Cristina acompaña en el barro, caminando, también ganaría pero mejoraría la performance del ex ministro. Si ella da un paso al costado porque no hay unidad la interna sería más agresiva y dividiría las aguas del peronismo por muchos años.

“El público se renueva”, dice una animadora de TV, por lo cual volveré a contar un momento de la historia del peronismo que tiene similitud con la actualidad y la decisión que tomó Juan Domingo Perón.

Luego del fracaso de la Operación Retorno de 1964, Perón vivía un momento difícil en la conducción política del movimiento. ¿Qué estaba pasando? Muchos dirigentes, especialmente sindicales fueron domesticados por las prebendas y beneficios de los gobiernos de turno. Estaban cansados de luchar por Perón y prefirieron un peronismo más domesticado. Se los conocerá como neoperonistas y su figura más destacada será la de Augusto Vandor, secretario de la poderosa Unión Obrera Metalúrgica. El dirigente metalúrgico lanzó por aquellos días la siguiente frase: “Para salvar a Perón, hay que estar contra Perón”.

A fines de 1965 Perón, preocupado por el crecimiento de los grupos neoperonistas que cuestionaban su liderazgo, envió a su mujer, María Estela Martínez, más conocida como Isabelita a recorrer el país. En una carta a su amigo, el general Sosa Molina le contó que: “Muchos se están ya probando mi ropa, pero creo que a los candidatos de marras les queda grande ahora”.

El viaje de Isabel tenía como misión apoyar a aquellos candidatos que le eran fieles a Perón. El general estaba muy enojado con el grupo de sindicalistas manejados por Vandor: “No me importa prescindir de un conglomerado amorfo y pactista como el de la CGT actual. No en vano lo gobierna Vandor, que es un negociador típico, diplomado en dar las volteretas que sean necesarias con tal de sobrevivir. No les extrañe si corto relaciones con esta patulea infame”.

El mes de marzo de 1966 será clave para el liderazgo de Perón. Se realizarán elecciones para gobernador en Mendoza y el peronismo irá dividido. Por un lado, Ernesto Corvalán Nanclares, el candidato de Perón apoyado por Isabel y por otro lado Serú García, el hombre de Vandor. Finalmente ganará el candidato de Perón que duplicará en votos a García. El general dirá luego de las elecciones: “En Mendoza me quisieron derrotar. Y de las derrotas políticas no se vuelve. Por eso tuve que ganar. Ahora bien, los que perdieron deben irse”.

En los momentos difíciles un líder toma decisiones difíciles. Perón las tomó en Mendoza. La ex presidenta debería tomarla por estas horas.

 

 

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