Las entidades rurales nucleadas en la Mesa Agropecuaria Bonaerense le reclamaron ayer a la gobernadora María Eugenia Vidal que reduzca la “elevada presión fiscal” que soporta hoy el campo y plantearon “serias diferencias” con la Provincia en la mirada sobre la rentabilidad del sector. La mandataria aceptó abrir una mesa de debate tributario en quince días.
La reunión se realizó ayer en la sede porteña del BAPRO. Vidal estuvo acompañada por los ministros de Agroindustria y Economía, Leonardo Sarquís y Hernán Lacunza. Durante el encuentro, si bien hubo elogios hacia las obras hídricas que están avanzando, los dirigentes del campo le marcaron a Vidal que está “mal asesorada” en relación a la rentabilidad y la presión impositiva.
A la salida del encuentro, el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Matías De Velazco, remarcó las diferencias con los funcionarios. “Notamos que hay un error en el asesoramiento de la gobernadora, porque se han vertido conceptos con los que estamos totalmente en desacuerdo y que son irreales, sobre todo en lo que ataña a la rentabilidad del sector”, dijo.
Para poner paños fríos, Vidal y sus ministros resolvieron realizar la primera Mesa técnica Tributaria el próximo 14 de julio, encabezada por Lacunza. Allí los equipos técnicos del gobierno y de las entidades analizarán en detalle los gravámenes que paga el campo y promover cambios en el presupuesto 2018.
El coordinador bonaerense de la Federación Agraria Argentina (FAA), Jorge Solmi, aseguró que el sector “se encuentra preocupado” y explicó que “la Provincia ve una realidad muy distinta a la nuestra”. “De la reunión nos vamos preocupados por la visión que tienen ellos con respecto a la carga tributaria. Sostienen que la han alivianado y para nosotros es todo lo contrario. De hecho en breve tiempo les van a llegar a los productores el revalúo de 15 mil partidas”, dijo Solmi.
“El ministro Lacunza tiene una visión de la situación que no es la de los productores. Es una mirada muy técnica, muy idealizada. El grueso de los productores no la está pasando bien. Los enormes aumentos de costos energéticos y la presión impositiva hicieron que se licuara el beneficio que se obtuvo con la caída de las retenciones y la variación del tipo de cambio”, consideró.