El presidente Mauricio Macri se sacó ayer la foto de rigor con todos los precandidatos que competirán en las legislativas. Luego de un mediodía agitado por el escrache en Luján, acompañado por la gobernadora María Eugenia Vidal y las cabezas de las listas de senadores y diputados, Esteban Bullrich y Graciela Ocaña, el jefe de Estado recibió al final del día en la quinta de Olivos a todos los postulantes que competirán en cada distrito en las PASO. Hubo arenga pero también preocupación por cómo lograr convencer al electorado del Conurbano.
Tras la foto de rigor, Macri le habló a todos los presentes en un discurso que planteó los ejes centrales de la campaña de Cambiemos: la polarización con “el pasado”. “Estamos viviendo un momento histórico de la Argentina. Lo que nos estamos jugando es algo mucho mas que la discusión política. Nos estamos jugando si somos una frustración más en la historia de la Argentina o somos lo que realmente venimos a cambiar la historia”, dijo Macri.
“No siento que sea una campaña en la que le tenemos que ganar a los otros candidatos. Esta es una campaña entre nosotros, la gente y el futuro. Lo que tenemos que hacer es hacer crecer la esperanza”, agregó el presidente.
También dijo, arengándolos, que encabeza el gobierno “con mayor apoyo en todo América” y les dijo que hay que “evitar ser el titanic nuevamente”. “La gente sigue bancando porque tiene esperanza, pero necesitamos fortalecer esa esperanza, hacerla crecer, hacerle entender a la gente que este proyecto es para todos los argentinos y que no es solamente para un sector. Y para eso, lo más importante es ser auténticos, es realmente expresar lo que sentimos en el corazón y el que no lo sienta que agarre la puerta y salga de esta campaña porque esas cosas no se pueden transmitir si uno no está verdaderamente convencido”, subrayó Macri.
Después de la arenga llegó el realismo. En la cena también se habló de estrategias de comunicación y de cómo penetrar en el Conurbano, distrito al que Cambiemos no logra llegar pese a todos los esfuerzos y los sucesivos timbreos. El secretario general de Presidencia, Fernando de Andreis, dijo que “el horizonte es seguir hablándole al vecino; sobre todo al de la provincia de Buenos Aires y sobre todo al del conurbano, que es donde más está costando y somos conscientes de eso”.
La idea que se esbozó en la reunión es que el presidente seguirá viajando a las provincias en campaña y también encabezará actos de gestión o visitas a vecinos una o dos veces en la provincia de Buenos Aires, el Conurbano o la Ciudad. Claro que lo hará como hasta ahora, con mucha seguridad, y efecto sorpresa (no decir el distrito) para intentar evitar escraches.
Sin embargo, los jefes de campaña saben que pese a todos los cuidados será muy difícil librarse de los escraches por el malestar creciente que hay en la población y se preparan para una campaña agresiva. “Sabemos que los escraches nos van a acompañar toda la campaña”, admiten y por eso resolvieron reforzar la campaña con la presencia de Elisa Carrió, que también participará de las actividades incluso fuera de su distrito y junto también con Vidal. “Voy a hacer campaña con todos”, dijo ayer la diputada.
La presencia en redes sociales será el otro pilar de la campaña. Después de las PASO, se acordó que el jefe de Estado empiece a publicar fotos con los candidatos de todo el país en Facebook.