Muy lejos de aquella postura dialoguista que enarboló durante la campaña que lo llevó a la presidencia, Mauricio Macri cortó toda vía de comunicación con el gobernador tucumano, Juan Manzur, sólo porque había osado criticarlo.
Así lo demostró hoy el presidente durante su visita a aquella provincia, donde aprovechó para atacar a Manzur, a quien acusó por “agredir y descalificar todo lo que antes elogiaba”, mientras aseguró que “el gobernador no tiene ningún problema en cambiar el chip”.
Demostrando una vez más que ante la más mínima crítica a su gestión la respuesta es hostigar a quien se atreva a objetarlo, Macri advirtió que “cuando vuelva a comportarse de forma respetuosa, volveremos a trabajar juntos en otras iniciativas, porque mi compromiso es con los tucumanos, independientemente de lo que haga Manzur”.
Metido de lleno en la campaña, el presidente viajó a Tucumán para apoyar la candidatura a diputado nacional de José Cano, quien días atrás fue desplazado del casi inexistente Plan Belgrano.
En las últimas elecciones a gobernador, que terminaron con escándalo y denuncias de fraude, Cano había sido el rival de Manzur. Después de un exhaustivo recuento de los votos, la justicia finamente desestimó las acusaciones.