Por estos días, la detención del cuñado de De Vido se convertirá en la excusa perfecta para que los medios hegemónicos profundicen su tarea de constante distracción. Ya en la recta final hacia las PASO, esos medios no publican encuestas, por lo que ese silencio confirma que todos los sondeos la dan como ganadora a Cristina Kirchner en la provincia.
Y seguramente minimizarán la presencia de ese millón de personas que, se calcula, estarán presentes en el santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, bajo la consigna de “Pan, paz, tierra, techo y trabajo”.
Una muestra sobre el tratamiento de Clarín sobre esta multitudinaria concentración de fieles, está dada por el curioso título con el que hoy dan cuenta de este acontecimiento social y político: “Una fe que se renueva, con miles de personas para agradecer”.
Los duros y dramáticos datos de la realidad, dan por tierra con ese mensaje esperanzador del gran diario argentino. Cientos de testimonios recogidos en el lugar, donde desde ayer se observan cuadras y cuadras de colas, reflejan otro panorama. Voces que se quiebran, llantos desconsolados o rostros desencajados por la desesperación se acumulan en esas filas que se convierten en el claro ejemplo de una desocupación creciente, más allá de las optimistas cifras que intenta transmitir el gobierno.
Mientras tanto, ya en la cuenta regresiva hacia los comicios del próximo domingo, se evidencia un cerrado hermetismo por el lado de Cristina. Por estas horas, sólo trasciende que el cierre de campaña “será algo tranquilo, nada grandilocuente”.
Y se admite que en el tramo final todos los cañones apuntarán a los llamados “macristas blandos”, es decir, aquellos que votaron al actual gobierno, pero que por distintas razones están decepcionados.
Desde Cambiemos, quedó demostrado que la gobernadora María Eugenia Vidal no tuvo otra alternativa que haberse puesto al hombro la campaña de Esteban Bullrich. Y eso incluyó que anoche, junto a Carrió y Ocaña, se despacharan a gusto en el living de Susana Giménez.
Y la estrategia del oficialismo se basa en la seducción de los indecisos, a través del voto “anticristinista”.
Está claro que a pesar de que la elección que vale para la nueva integración parlamentaria será en octubre, todos los espacios políticos están por demás pendientes del resultado que arroje este ensayo general de opinión en las urnas.
Más allá del burdo ocultamiento de los medios, el gobierno mira con preocupación esa manifestación de malestar social que representa un millón de personas pidiendo pan y trabajo a San Cayetano. Por eso mismo, no sería de extrañar que por estas horas a alguien se le ocurra acusar al santo de kirchnerista…