Ya en el último tramo de su recorrida hacia las PASO del domingo, el gobierno nacional parece encaminado a derechizar todavía más los lineamientos de una gestión que, ya de por sí, no se caracteriza por abonar la defensa del campo nacional y popular, precisamente.
La primera lectura que surge es que esos gestos no son aislados, y responderían al reclamo de un sector de la sociedad que, con cacerolas en mano años atrás, hoy se siente representada por una gestión que se llena la boca denunciando la existencia de presos políticos en Venezuela, y sin embargo mantiene detenida a Milagro Sala desde hace casi 600 días.
En los últimos días, algunos de esos signos estuvieron dados por el penoso manejo en torno a la desaparición de Santiago Maldonado, en Chubut durante una represión ejercida por personal de Gendarmería que, para la administración de Cambiemos, se trata en realidad de una persona que se “extravió”.
Justamente, en torno a esta dramática situación vuelven a agitarse los fantasmas que representan la vuelta del “accionar subversivo” de los años ’70, lo que es aprovechado para criminalizar a la comunidad mapuche, gracias a allanamientos en los que se encontraron piedras, martillos, serruchos oxidados y hasta “peligroso” material bibliográfico.
Mientras tanto, Esteban Bullrich, precandidato a senador nacional por el oficialismo dice, muy suelto de cuerpo, que “el camino que hemos emprendido todos los días tiene un pibe más que está preso”. Eso sí, el ex ministro de Educación atribuyó esa frase al “cansancio” generado por la campaña…
Por otra parte, Elisa Carrió se desespera por ver a Cristina presa, sea como sea, y decenas de policías generaron un inevitable clima de tensión con los trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), que habían osado convocar a un paro y movilización. El mensaje es muy claro: ojo con protestar, porque ahí estarán los uniformados de Patricia Bullrich para actuar.
Son solamente unos pocos signos que, sumados a otros tantos, reflejan una evidente derechización de un gobierno que sigue abriendo las puertas a las importaciones, creando las condiciones necesarias para el constante cierre de comercios y Pymes, con el consecuente resultado de mayor desocupación o precarización laboral, mientras las “fuerzas de seguridad”, más activas que nunca, nos llevan a tiempos de tragedia, tan latentes en tiempos de Macri.