La gobernadora María Eugenia Vidal decidió tomarse unos días de descanso antes de arrancar la segunda etapa de la campaña ya de cara a las elecciones de octubre y partió ayer con sus hijos hacia Bariloche. El presidente Mauricio Macri hará lo mismo y partirá esta tarde hacia Villa La Angostura con su familia.
Ambos dirigentes aprovecharán el fin de semana largo para hacer un alto en la agenda y encarar a partir de la semana que viene el segundo tramo de la campaña en el que tendrán una tarea nada fácil: trabajar para ganar los votos de quienes votaron a Sergio Massa e intentar sostener a Florencio Randazzo para que sus votos no emigren hacia Cristina Kirchner. Aunque todavía no están los números definitivos que definirán quién ganó en la provincia, está claro que el candidato de Cambiemos, Esteban Bullrich, quedó lejos del 39% que supo obtener Vidal cuando fue consagrada gobernadora. Esa diferencia de 5 puntos es lo que desvela a la primera plana de Cambiemos.
Los últimos días fueron ocupados por la mesa chica de Cambiemos para analizar los resultados y revisar la performance del oficialismo en el interior del país y en la provincia de Buenos Aires. La estrategia de cara a octubre tendrá un fuerte anclaje en la obra pública.
El miércoles, la gobernadora reunió a todo su gabinete, en lo que fue el primer encuentro de gestión después de las elecciones del domingo. Hubo agradecimientos a los funcionarios por el resultado, en especial en municipios con fuerte presencia del peronismo, y un análisis pormenorizado del jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai. Se resolvió también dejar de momento los timbreos y abocarse a la gestión.
Vidal eligió Bariloche por cábala, como ya lo había hecho tras las PASO de 2015. En tanto, Macri desembarcará en Villa La Angostura a última hora de hoy junto a su familia y Nicolás Caputo, el más íntimo de sus amigos, frente a la Bahía San Patricio en el exclusivo country Cumelén.