Ya está decidido: este fin de año no se otorgará un bono de fin de año para jubilados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH), ni tampoco se contempla un plus para los empleados públicos. Sin embargo, sí lo habrá para las organizaciones sociales.
Lo llamativo es que el principal argumento que se esgrime en el Gobierno para haber tomado esta medida, es que envalentonado como está después del respaldo recibido en las elecciones, pronostican un menor grado de conflictividad social para los próximos meses.
Otra bandera que se levanta en la Casa Rosada es la inclusión de cláusulas gatillo en los acuerdos paritarios con los gremios, lo que permitió que el diálogo con la CGT transite por carriles de mayor tranquilidad.
El año pasado, para calmar los ánimos la administración macrista había dado luz verde al pedido de la central obrera, por lo que desembolsó más de 5 mil millones de pesos para paliar las necesidades de más de 7 millones de beneficiarios, entre los casi 4 millones de chicos cuyos padres reciben la AUH, y los más de 3 millones de jubilados y pensionados que cobran la mínima.
Y a diferencia de lo que pasó en 2016, cuando unos 130 mil empleados públicos nacionales recibieron una suma que osciló entre $ 2.000 y $ 3.500, esta vez no se prevé un bono para estatales.
Lo que no deja de llamar la atención es que, en cambio, habrá un plus para las organizaciones sociales: será un pago por única vez de unos $ 2.200 que el Gobierno otorgará a los cerca de 400 mil trabajadores de la economía popular.
En los despachos oficiales explican que se trata de un “gesto” hacia la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC) destinado a frenar futuros reclamos, teniendo en cuenta que en el universo de los trabajadores de ese sector se registra un elevado porcentaje de beneficiarios de la AUH que este año no recibirán el adicional.