Desinteligencias, reproches, enojos, pases de facturas, ocultamientos… Esas palabras sintetizan lo que por estas horas se vive en el seno del Gobierno, a partir del cimbronazo que significó la insólita desaparición del submarino ARA San Juan, de la que hoy se cumple una semana.
A esa situación se suma el creciente malestar de las familias de los 44 tripulantes, ante la falta de repuestas concretas por parte del Gobierno.
Un ejemplo que refleja ese panorama, es el momento sumamente incómodo que vivió Mauricio Macri con algunos de esos familiares durante su visita a la sede de la Base Naval de Mar del Plata.
Durante esa charla, una mujer le planteó al presidente: “¿Por qué en vez de bajar (dinero) en otras cuestiones no bajan en algo verdaderamente importante que es la vida de todos nuestros familiares reparando un submarino? Es prácticamente un suicidio mandarlos en algo que es viejísimo”. Y agregó: “¿Tiene que morir alguien para cambiar? ¿No podían haber invertido algo antes?”. Durísimo: Macri se cruzó con familiares de la tripulación del submarino y la pasó mal
Por su parte, Claudio Rodríguez, hermano del jefe de máquinas de la embarcación, cuestionó el accionar del Ejecutivo nacional: “mientras el ministro Aguad nos hace esperanzar cuando dice que sí, el vocero de la armada dice que no. No unifican el discurso”, se quejó. “Por favor señor presidente, unifiquen el discurso. La Armada dice que no, sus ministros dicen que sí, hablen entre ustedes antes de decir lo que van a decir. Es una irresponsabilidad tremenda”.
En declaraciones a FM Cielo, se preguntó: “¿Cómo se va a perder un sumarino de 60 metros a la Armada, por más que esté abajo del agua? Eso nos llama la atención. Es muy raro lo que está pasando”.
Mientras, la ausencia de pistas o datos precisos sobre lo que ocurrió con el ARA San Juan generó un cambio en el estado de ánimo de la Casa Rosada. Por estas horas, el pesimismo se impone a la esperanza.
Y las miradas siguen apuntando al ministro de Defensa, Oscar Aguad, que fue obligado a mantener silencio hasta que haya novedades. Por eso mismo, se dispuso que sea la Armada la encargada de realizar los informes. Hasta la semana pasada, la relación entre Macri y Aguad no presentaba fisuras. Pero a partir de este episodio, el presidente analiza la continuidad de su ministro, por el alto costo político que se está pagando.
El máximo bochorno es que el funcionario se haya enterado por los medios sobre lo que había ocurrido, mientras estaba en Canadá. Cerca del ministro lamentan, también, que las autoridades navales no le hayan informado la novedad de que el submarino había reportado una avería en el sistema de baterías. “Sólo recibimos el radiograma de la última comunicación, en la que se informaba que el ARA San Juan navegaba rumbo a Mar del Plata sin novedades”, contó una fuente oficial.
Otra discordancia fue la revelación de los intentos de llamadas que se recibieron el sábado en distintas unidades de la Armada y que se atribuyeron inicialmente al submarino desaparecido. “Se lo informaron primero a los familiares y después al ministro, quien tuvo que reforzar el carácter potencial de la información”, indicaron cerca de Aguad.