El gobierno de Mauricio Macri compuesto por CEOs decidió tener su propio Black Friday (viernes negro) para no ser menos que los creadores de ese día en los Estados Unidos. Claro, para el presidente, no es un día de ofertas para los argentinos, sino todo lo contrario: más gastos para los bolsillos de los trabajadores y beneficios para los empresarios.
El próximo viernes, el gobierno decidió aumentos en las naftas, luz y gas, más los gastos en las prepagas y los gastos extras que llegaran para las fiestas de Navidad y Año nuevo.
Por cuarta ocasión en el año, las petroleras ajustan detalles para subir esta semana los precios de las naftas entre un 6% y un 10%, motivados por el alza internacional del crudo. No hay que olvidarse que un día después de las elecciones, las naftas y el gasoil aumentaron entre un 9% y un 12%. El presidente, en esos días dijo que las “naftas iban a bajar en el mundo” pero sucedió todo lo contrario. Desde ese entonces, el crudo Brent saltó un 10%, de u$s 57,75 por barril a u$s 63,47 el pasado viernes.
Cuando se concrete este ajuste, la nafta argentina, que ya es la segunda más cara en América Latina (a u$s 1,25 el litro, según la web Global Petrol Prices está en línea con Chile y Brasil), se disparará y se acercará a los precios de Uruguay, el país más caro para cargar combustibles en la región.
Además de la suba de las naftas, el último mes del año vendrá con los aumentos de luz y de gas -38% y 45%, respectivamente-. En los días previos al inicio del verano, el Estado reducirá subsidios y las distribuidoras eléctricas tendrán mayores márgenes para intentar disminuir la cantidad y la duración de los cortes. Las nuevas tarifas regirán desde este viernes.
El presidente Macri, tan enamorado de Estados Unidos, tendrá su “Black Friday” que beneficiará sólo a los empresarios. De los trabajadores ni hablar, no interesan.