“No puede ser que haya más de 3.000 sindicatos en la Argentina y sólo 600 firmen paritarias anualmente”. De esta manera, hace un mes Mauricio Macri enviaba un fuerte guiño a la cúpula de la CGT al cuestionar la proliferación de gremios chicos de los últimos años del kirchnerismo, y proponer su reducción. Ahora ese planteo se llevará a la práctica: el Gobierno está decidido a eliminar 450 gremios si no regularizan su situación en un plazo de 60 días.
Desde antes de llegar a la Casa Rosada, al presidente le preocupaba la alta tasa de sindicalización que existe en el país, que es del 37 % aproximadamente. Por eso, le ordenó al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, avanzar en la depuración del padrón gremial, que cuenta con 3263 organizaciones: 1640 con personería gremial y 1623 con simple inscripción.
Precisamente, a través de una resolución, la cartera laboral instará a los sindicatos “flojos de papeles” a regularizar su situación de aquí a dos meses porque, de lo contrario, serán excluidos del Registro de Asociaciones Sindicales. La medida cuenta con el apoyo de la cúpula cegetista.
Sin lugar a dudas se trata de una clara señal de respaldo del Gobierno al sindicalismo clásico y se apunta a desplazar a aquellos sindicatos inscriptos durante la gestión del ex ministro Carlos Tomada, teniendo en cuenta que las principales ramas gremiales de la CGT sufrieron una reducción de afiliados y aportes, durante las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner, a través del reconocimiento de asociaciones gremiales disidentes y con base de militantes de partidos de izquierda.
Dos ejemplos: en 2013 se inscribió como asociación gremial al Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción (Sitraic) que salió a competir con la Uocra de Gerardo Martínez, uno de los caciques de la CGT más cercanos a Mauricio Macri. Durante el anterior gobierno, también se procedió a inscribir a la Asociación Gremial de Trabajadores de Subterráneo y Premetro (AGTSyP), un sindicato nuevo que le disputa poder y representación a la UTA de Roberto Fernández.
Para el ex ministro de Trabajo kirchnerista, al salir al cruce del plan del Gobierno, “es de ignorante decir que hay muchos sindicatos. No solamente es una estupidez: es no conocer nada del movimiento obrero”.
Con esta embestida, quedarán a salvo gremios ortodoxos y “oficiales” como camioneros de Pablo Moyano o gastronómicos de Luis Barrionuevo, después de la paranoia sindical desatada por el arresto de Juan Pablo “Pata” Medina y, antes, de Omar “Caballo” Suárez. De hecho, la resolución reforzará el poder de los gremios tradicionales asociados a la “burocracia sindical” hoy nucleados en la CGT.
Y por otra parte, esta jugada se enmarca en la decisión de Macri de avanzar contra “las mafias de los juicios laborales” que, de acuerdo al oficialismo, lucran a partir de la constitución de nuevos sindicatos que, a su vez, promueven nuevos litigios en el fuero del Trabajo.