A casi tres semanas de la desaparición del submarino ARA San Juan, es evidente que el Gobierno nacional todavía no sabe cómo manejar el tema. A partir del momento en que se anunció que llegaba a su fin la búsqueda de sobrevivientes, arreciaron las versiones en torno a los próximos pasos que se darían, como el decreto de duelo nacional y un mensaje de Mauricio Macri a las familias de los 44 tripulantes.
Sin embargo, pasan los días y no surgen indicios sobre qué actitud seguir respecto a la tragedia. Por esa razón, en la Casa Rosada se discuten las conveniencias o no sobre qué hacer, con la mirada puesta en los beneficios o perjuicios políticos.
Tanto el presidente como su ministro de Defensa, Oscar Aguad, siguen esquivando las apariciones públicas, sobre todo sabiendo el malestar que se viene profundizando entre los familiares de los tripulantes sobre el deficiente manejo de una cuestión tan sensible.
Lo que por ahora se confirma, es que a través de un mensaje a las familias, Macri no confirmará la muerte de los submarinistas, a quienes –si no son encontrados– solo se podrá declarar legalmente muertos recién en mayo del año próximo.
El Código Civil establece que se presume la muerte de una persona “si encontrándose en un buque o aeronave naufragados o perdidos, no se tuviese noticia de su existencia por el término de seis meses, desde el día en que el suceso ocurrió o pudo haber ocurrido”.
Mientras tanto, el objetivo del oficialismo es mantener al presidente lo más alejado posible de las consecuencias y el costo político que, inevitablemente, traerá aparejada esta tragedia.