En medio de una sesión escandalosa que incluyó represión, una denuncia penal y fuertes cruces entre oficialismo y oposición, la Legislatura bonaerense finalmente aprobó ayer la mitad del paquete de leyes que había sido enviado por la gobernadora María Eugenia Vidal.
El foco del escándalo estuvo en la Cámara de Diputados. Allí comenzaron a tratarse los proyectos enviados por el Ejecutivo, que son rechazados por los trabajadores, aunque la sesión debió pasar a cuarto intermedio hasta la noche por la represión con gases y balas de goma que se produjo en el ingreso del palacio legislativo contra los trabajadores que intentaron ingresar al palacio.
Justo antes de pasar a cuarto intermedio, el intendente de Ensenada, Mario Secco, ingresó al recinto junto a los diputados Florencia Saintout, Miguel Funes y Lauro Grande (UC) y Guillermo Kane (FIT) más un grupo de militantes para denunciar lo que estaba ocurriendo afuera. Secco llegó hasta el estrado del presidente y mostró cartuchos de gases lacrimógenos culpando a Cambiemos por todo lo ocurrido.
Pasadas las 20, la sesión se reanudó. Los diputados de Unidad Ciudadana tomaron la palabra para pedirle al presidente de la cámara, Manuel Mosca, que aclarara si los había denunciado penalmente, y también a Secco, por “intimidación pública e incitación a la violencia colectiva contra instituciones”. Ocurre que, mientras duraba el cuarto intermedio, se hizo presente en la Cámara baja el fiscal platense Juan Cruz Condomí Alcorta junto a la Policía para realizar pericias, mirar las filmaciones de las cámaras de videos y recolectar otras pruebas.
Hubo cruces y discursos muy fuertes de los diputados Saintout y Carlos “Cuto” Moreno en contra del oficialismo, antes de anunciar que se iban a retirar del recinto. “Lo entiendo si actuó de manera orgánica pero usted es muy joven para quedar en la historia de esta Cámara como el primer diputado que denunció penalmente a 4 legisladores”, le espetó Moreno a Mosca, quien sólo se limitó a negar haberlos denunciado.
Ya sin el kirchnerismo en el recinto, el oficialismo procedió a enumerar y votar los proyectos que estaban en el sobre tablas, sin debate y en tiempo récord: primero la reforma a la ley de ministerios, que fusiona áreas y secretarías; luego la prórroga a la emergencia en el ámbito del ministerio de Seguridad; después la creación de un Sistema Estadístico Provincial y un proyecto que regula la obligatoriedad de la presentación de las declaraciones juradas para funcionarios del Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Judicial.
No logró aprobar, y ni lo intentó por no tener los dos tercios para aprobarlo sobre tablas, el régimen jubilatorio del BAPRO que sube la edad de los 57 a los 65. También quedaron para la próxima sesión la eliminación de los beneficios impositivos a las cooperativas y la derogación de las jubilaciones de privilegio.
Pasadas las 22 el Senado convirtió en leyes, también sin la presencia de los senadores de Unidad Ciudadana, los proyectos aprobados un rato antes en la cámara baja.