“El Gobierno insiste en robarse la plata de los jubilados. No es casualidad: asumieron un compromiso con el Fondo Monetario Internacional que, a diferencia de las falsas promesas de campaña de Cambiemos para con los argentinos, Macri sí está decidido a honrar”, sostuvo la diputada nacional Fernanda Vallejos.
La legisladora de Unidad Ciudadana advirtió que “quieren convencer a la sociedad de que el robo será menos malo porque en lugar de $100.000 millones anuales, les robarán ‘sólo’ $96.000 millones”. En paralelo “se propone una reforma tributaria con un “costo fiscal de $200.000 millones, destinada a favorecer a quienes más tienen”.
Asimismo, subrayó que el bono compensatorio de entre $ 350 y $ 750 que ofrece el Gobierno representan “migajas” para los beneficiarios, y que “es una lavada de cara” para tratar de que el Congreso apruebe hoy la resistida ley.
Agregó que “si esta ley se aprueba, un jubilado que cobra la mínima, a partir de marzo va a cobrar, por mes, casi $ 600 menos de lo que le correspondería con la ley de movilidad actual”, y que “le podrán compensar una parte en el mes de marzo, pero que seguirá perdiendo $ 600 el resto de los meses. Y esa pérdida se acumulará durante el año” aseguró la diputada, debido a que “cuando se aplique el nuevo ajuste trimestral que propone la ley de saqueo, se aplicará sobre una base $ 600 inferior”.
En efecto, la jubilación mínima para quienes tienen 30 años de aportes sería a partir de marzo con la fórmula actual de casi $8.300, mientras que con la nueva serán $7.659, con un bono de $750, por lo que alcanzaría los $8.400 por única vez. Es decir, en marzo, los jubilados cobrarían $100 más, pero en abril y mayo $600 menos, y el aumento siguiente se calcularía sin tener en cuenta el bono. Para quienes tienen moratoria, en marzo el haber sería de $8.000, inferior (incluyendo el bono) al aumento con la fórmula actual.
Por último, Vallejos también criticó la utilización del ajuste a los jubilados para financiar una reforma tributaria en favor de los que más tienen. “Tienen la cara de piedra, por pretender aprobar en la misma sesión, el saqueo previsional que le roba $100.000 millones a los beneficiarios de la seguridad social y, acto seguido, una reforma tributaria que priva de recursos al Estado para transferirlos en la forma de mayor rentabilidad a las corporaciones a las que el gobierno les dejará de cobrar otros impuestos, por más de $200.000 millones”.