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La Plata
23 noviembre, 2024
PAÍS

Macri: “Por favor paren las cacerolas que despiertan a Antonia”

Por Alfredo Silletta. El presidente había dejado en el Congreso a sus principales espadas: Marcos Peña, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta para que esta vez se apruebe sí o sí el recorte a los jubilados. No quería que sucediera lo ocurrido la semana pasada, cuando Elisa Carrió levantó la discusión de la ley por la represión en las calles.

El presidente se fue a la residencia de Olivos, con la intención de ver la final de Bailando por un Sueño con Juliana, su hija Antonia y Valentina. “Basta de política” habría pensado. Cuentan los medios hegemónicos que durante toda la tarde pidió “tener apagado el televisor” para demostrar que hay un presidente que vivió la jornada en tranquilidad. A las 17 horas, salió por la explanada de la Casa Rosada junto al intendente de Lanús, Néstor Grindetti y marchó para su casa.

Ya en Olivos, cada tanto, Peña lo llamaba por teléfono para contarle que la sesión transcurría como estaba planificado y que la votación sería recién en la madrugada. Aproximadamente a las 22 horas, mientras se definía que pareja ganaría en el programa de Marcelo Tinelli, un ruido de cacerolas se esparció por la residencia de Olivos.

Al rato llamó a su jefe de Gabinete, quien le relató que espontáneamente la gente salía en los barrios porteños con cacerolas para protestar contra la reforma previsional.  Macri no comprendió. “Su gente”, los que lo votaron masivamente en la Capital Federal, incluso en la Recoleta, salían a protestar porque les recortarían las jubilaciones.

La dirigencia de Cambiemos enmudeció. Los medios de comulación oficialistas también, excepto C5N, los portales de noticias y las redes sociales que empezaron a mostrar fotos de toda la ciudad con la gente protestando con sus cacerolas. Algunos marcharon hacia el Congreso y otros hacia Plaza de Mayo.

Más allá que en la Capital Federal, Cambiemos obtuvo el 51% de los votos y en todo el país el 42%, todas las encuestas afirman que los argentinos en un 80% se oponían a las reformas, de allí la masividad de las protestas. La bronca de la gente fue que todos los candidatos de Cambiemos, desde Vidal, Peña, Rodríguez Larreta y Carrió que juraron frente a las cámaras de televisión que “no habría reforma jubilatoria”.

Las cacerolas en los barrios porteños se parecen a una película del 2001 pero no es el 2001. En aquel momento el presidente Fernando De la Rua había perdido las elecciones y ni su propio partido lo apoyaba. En el 2017, Macri viene de ganar las elecciones. El país todavía no vive aquella crisis, pero prendió las alarmas del gobierno nacional. Cacerolas en todos los barrios con los mismos votantes que tuvo hace dos meses.

Hacia la medianoche, el presidente no lo podía creer. Las cacerolas retumbaban en sus oídos y hasta su hija Antonia se despertaba asustada por ese ruido extraño. Por primera vez los hombres de Cambiemos estaban preocupados por la gente en la calle. El presidente también.

 

 

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