Con rebajas para el sector empresario y aumento de la carga sobre el consumo, esta madrugada, y en medio de una renovada ola de cacerolazos, la Cámara de Diputados dio media sanción a otro de los proyectos considerado clave para el Gobierno: la reforma tributaria.
Para su aprobación, volvió a ser fundamental el acuerdo alcanzado por la Casa Rosada con los gobernadores en el marco del pacto fiscal para contar con el apoyo del bloque Justicialista, el Frente Unidos por una Nueva Argentina (ex massismo), el nuevo bloque radical que integra Martín Lousteau, parte del Frente para la Victoria-PJ -con disidencias en el tratamiento de los artículos en particular-y el peronismo federal, y otros partidos provinciales aliados del oficialismo.
La iniciativa, de 319 artículos, fue aprobada en general por una amplia mayoría de 146 votos a favor, 77 en contra y 18 abstenciones. La comisión de Presupuesto del Senado tomará el proyecto esta tarde para avanzar con la discusión. Será el primer debate del que participará la ex presidenta Cristina Kirchner. La idea del Gobierno es que la iniciativa se convierta en ley el miércoles 27.
Uno de los cambios sustanciales está vinculado a los impuestos internos a la cerveza, que vería elevado del 8 al 17 %. La telefonía celular, en tanto, sufrirá una suba en la alícuota que grava “el importe facturado por la provisión de telefonía celular y satelital al usuario”, pasando del 4 al 5 %. Entre las escasas rebajas para el consumo, se acordó reducir el IVA a carnes de pollo, cerdo y conejo, de 21 a 10,5 %, con la idea de homogeneizar el impuesto con la vacuna. Pero empezarán a pagar IVA servicios digitales como Netflix y Spotify.
Para el sector empresario se destacan las reducciones en las cargas patronales, la otra pata del desfinanciamiento que propone el Gobierno para los recursos del régimen previsional, y de Ganancias sobre utilidades reinvertidas.
Las críticas de la oposición se centraron en los artículos que gravan con Ganancias la actividad de las mutuales y cooperativas y el impuesto interno sobre las cervezas artesanales. También se pidió que los pagos por indemnizaciones o retiros voluntarios no estén alcanzados por el impuesto a las Ganancias.
En el cierre del debate, el presidente del interbloque Cambiemos, Mario Negri (UCR-Córdoba), respondió a las críticas del kichnerismo, que acusó a al Gobierno de pretender reducir el déficit fiscal mediante el ajuste de salarios y el enfriamiento de la economía. “No se preocupen que no vamos a ser la China de Sudamérica”, dijo.
Antes, el jefe de la bancada del FPV, Agustín Rossi (Santa Fe), había manifestado su preocupación por el rumbo económico adoptado por el Gobierno, que ubicó en las antípodas de la política impulsada por las administraciones kirchneristas. “Para nosotros es mucho más preocupante el déficit de la balanza comercial que el déficit fiscal”, sostuvo, mientras planteó que “ninguna de estas reformas va a impactar en el desarrollo económico del país”.
Por su parte, Axel Kicillof (FPV-Capital) calificó la iniciativa como parte del “paquetazo de reformas neoliberales que el Gobierno tuvo escondido durante toda la campaña electoral”. Y calificó el proyecto como “un hermano de la reforma previsional” sancionada ayer. “Esto le perdona impuestos a los que más tienen y a las corporaciones –agregó- e intenta trasladar esa carga tributaria a los consumidores. Le quieren sacar impuestos a los ricos y ponérselos a los pobres”, dijo respecto a la baja de aportes patronales.