La nueva estrategia de Marcos Peña: De la “pesada herencia” a un “kirchnerismo violento y destituyente”

Por Alfredo Silletta. Mientras Mauricio Macri se tomó dos semanas de vacaciones, luego que el Congreso aprobara el recorte a los jubilados, el pacto fiscal y el Presupuesto, Marcos Peña comenzó a elaborar junto a sus hombres de más confianza la nueva estrategia para los próximos dos años de Cambiemos.

El gobierno sabe que la habilidad de haber hablado durante dos años de la “pesada herencia” ya no dará resultado. Ese argumento sirvió para perseguir a la oposición, especialmente a la ex presidenta Cristina Kirchner y a sus funcionarios, quienes además hoy están encarcelados sin un debido proceso. Un verdadero escándalo que empieza a ser cuestionado en todo el mundo. Organismos como la CIDH hablan de presos políticos y de represión sin escala y Human Rights Watch, el prestigioso organismo internacional, afirmó que el fallo del juez Claudio Bonadio  es  “descabellado” e “inverosímil”.

El gobierno sabe que las cacerolas volvieron en el país y especialmente en los barrios porteños que, hasta hace dos meses, votaron masivamente al macrismo.  La bronca de amplios sectores medios se debe a que la sociedad se enojó mucho con el recorte a los jubilados y que la situación económica, luego de dos años no mejora, incluso en las últimas horas volvieron los cortes de luz, pese a que el gobierno argumentó que con los brutales aumentos de tarifas no habría más cortes.

En la jefatura de Gabinete ya trabajan en una nueva estrategia para los próximos dos años, muy peligrosa en un estado de derecho. Ya no se hablará más de “pesada herencia”, pero se argumentará que el kirchnerismo ha decidido pasar a la violencia en las calles en conjunto con los barrabravas de los clubes de futbol, parte del sindicalismo y la izquierda trotskista.

En el primer papers que trascendió, el gobierno considera que el kirchnerismo ya “preparó” a unos dos mil activistas en técnicas de la pelea callejera con el accionar de piedras, lanzamiento de cohetes y el uso de lanzas de madera con punta afiladas, más facas y cinturones para la batalla mano a mano con las fuerzas de seguridad. En el diario Clarín dicen que Marcos Peña señaló que “siempre pensamos que el kirchnerismo podría utilizar la violencia en algún momento, y ahora es cuando está en riesgo su continuidad política”.

En la jefatura de Gabinete, consideran que la concentración del kirhcnerismo en su batalla contra la democracia, con la intención de destituir al gobierno, se dará en el Gran Buenos Aires. Han pasado dos meses y todavía en Cambiemos no comprenden como Cristina, sin dinero ni espacios televisivos, luego de dos años de ser castigada brutalmente por los medios de comunicación y el partido judicial, logró tres millones y medio de votos, muy cerca de Cambiemos que puso toda la carne al asador con la gobernadora María Eugenia Vidal.

De allí, que el próximo enemigo a vencer es el peronismo del conurbano y sus intendentes. Por lo pronto van a intentar detener en las próximas horas al jefe comunal Mario Secco, que es invencible en cada elección de Ensenada y un referente del kirchnerismo más duro. Después irán por otros que están en la mira: desde Gustavo Menéndez, flamante presidente del PJ, que tiene una causa abierta y con un juicio oral en Mar del Plata y Walter Festa de Moreno. “Si Menéndez se porta bien no hay problema, si se porta mal-cuestiona demasiado al gobierno- vamos por él”, dicen en la Gobernación.

Cuando el presidente retorne a la Casa Rosada tendrá el informe final para la nueva estrategia del gobierno y el “inventar” un enemigo. De la pesada herencia” a un “kirchnerismo violento” y fuera de la ley. De allí que Macri en las últimas horas saliera a respaldar al fiscal Moldes para modificar la ley y dejar detenido a cualquier manifestante, una forma de intimidar a la población para que no proteste.