Horas después de las elecciones legislativas, el presidente Mauricio Macri reunió a las principales espadas del gobierno de Cambiemos y anunció que “ahora vamos por todo”. La estrategia fue simple: avanzar en cambios estructurales; un acuerdo extorsivo a los gobernadores para que reduzcan sus plantas, que firmen una reforma previsional y laboral y acepten en silencio la entrega de 40 mil millones a la provincia de Buenos Aires. Dinero que permitirá a Cambiemos poder penetrar en el conurbano bonaerense, hoy un sostén importante del peronismo y de la ex presidenta.
Para avanzar en esas reformas estructurales que implicaron ademas aumentos brutales en las tarifas de luz, gas, transporte, peajes y naftas, sumado a una alta inflación que golpea en los bolsillos del trabajador, necesitaban la aprobación de la reforma laboral y previsional. Esta ultima costó mas de los que pensaban, con multitudinarias manifestaciones que freno el proyecto de reforma laboral.
En el gobierno estaban convencidos que la CGT aprobaría las reforma laboral pero la presión de las bases puso un freno al impulso de la reforma. El mismo senador Pichetto aviso que hasta marzo no se discute nada, dando a entender que primero se verá que pasa con las paritarias que el gobierno quiere frenar en un 15 por ciento sin clausula gatillo, un número que ningún gremio aceptará, cuando ya se sabe que durante el 2018 habrá una inflación cercana o superior al 20%.
El gobierno, que con el apoyo mediático y judicial decidió meter en la cárcel sin el debido proceso a una veintena de dirigentes y ex funcionarios kirchneristas, decidió ir por el sindicalismo para obligarlos a aceptar las reformas laborales. Primero fueron por algunos dirigentes marginales como Omar “Caballo” Suarez, Juan Pablo “Pata” Medina y Marcelo Balcedo, estos dos últimos muy antikirchneristas aunque los medios los presentan como K. Ahora irán por los poderosos. Desde hace varios días tanto Clarín como La Nación hablan de la corrupción de la familia Moyano, especialmente tienen puesto en la mira en Pablo Moyano que formalizó una alianza con Sergio Palazzo y la dos CTA para oponerse a la reforma laboral.
Carlos Pagni, una de las principales espadas del diario La Nación afirmó hoy que irán por Carlos Quintana, de la poderosa UPCN provincial y por Roberto Baradel, el dirigente de los maestros que tanto Macri como Vidal quieren preso. También está en la mira Víctor Santa María, el dirigente de los porteros, presidente del PJ capital y dueño de Pagina 12 y la AM750 donde esta Víctor Hugo Morales. Macri no le perdona que Horacio Verbitsky haya publicado el blanqueo millonario de su familia. Fue tal la presión que Verbitsky dio un paso al costado para que no cierren el diario y queden en la calle los colegas. Pero para Macri no alcanza, quieren la cabeza de Santa María como antes lo hizo con Cristobal Lopez, dueño de C5N y Radio 10.
Como ayer, medio gabinete de la ex presidenta termino preso, hoy hay una presión brutal del gobierno para que acepten firmar una paritaria en baja y la reforma laboral. No será tan fácil doblegar al sindicalismo. Luis Barrionuevo les recordó que “Alfonsín y De la Rua atacaron los sindicatos y no terminaron sus mandatos”.
Como el texto de Bertolt Brecht un importante dirigente sindical afirmó que fueron por la ex presidenta y no dijimos nada, luego fueron por los ministros y funcionarios kirchneristas y no dijimos nada. Ahora vienen por nosotros.
1 comentario
Algunos ya sabrán que este famoso poema, atribuido a Bertolt Brecht (Augsburgo, 10 de febrero de 1898 – Berlín, 14 de agosto de 1956) fue realmente creado por el pastor protestante alemán Martin Niemöller (1892-1984), pero que por cuestiones del destino, y sobre todo en lengua castellana, se atribuyó al genial dramaturgo alemán.