Se vienen tiempos de duras negociaciones en la provincia de Buenos Aires, con el salario como el disparador de las diferencias entre el Gobierno y los gremios estatales. Es que mientras desde la Nación bajaron la orden de no moverse de una oferta del 15 % de aumento para todo el año, los representantes de los trabajadores ya anticiparon su rechazo a esa imposición.
En los últimos días, funcionarios de la administración bonaerense comenzaron a explorar qué posibilidades concretas de éxito podría tener un ofrecimiento salarial que no sólo se ubica por debajo de las proyecciones inflacionarias para 2018, sino que la idea es el pago en cuatro cuotas, y sin la “cláusula gatillo” de actualización automática por inflación, tal como ocurrió el año pasado.
Por ejemplo, en 2017 el aumento que firmaron los sindicatos estatales con Vidal fue del 18 % en cuatro cuotas del 4,5 % cada una. En cada trimestre la inflación superó ese porcentaje, por lo cual los empleados cobraron al término de ese período la diferencia, de manera de no perder poder adquisitivo frente al incremento del costo de vida.
Lo mismo ocurrirá con los docentes: cerraron un 21,5 % para todo el año y la inflación terminó el año pasado en el 24,8 %. Por lo tanto, con los sueldos de este mes deberán percibir el 3,3 % de diferencia.
Y sin lugar a dudas, el punto conflictivo es que para la negociación de este año, la premisa del Gobierno nacional es que no vuelva a aplicarse esa “cláusula gatillo”, por considerar que no ayudará a cumplir la meta de inflación del 15 % “recalculada” por el Banco Central, porque plantean que terminará alimentando las expectativas inflacionarias.