En un nuevo gesto que, sin lugar a dudas, no le caerá nada bien al Gobierno, la próxima semana el Papa Francisco recibirá en el Vaticano a Néstor Escudero, uno de los delegados gremiales del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) que figura en los listados de los 255 cesanteados en ese organismo oficial, y que mayor protagonismo tiene en las protestas de los últimos días.
De esta manera, el sumo pontífice se preocupa por la situación actual, y vuelve a tomar distancia del presidente Mauricio Macri, envalentonado en su cruzada para reducir el déficit fiscal a expensas de recortar cargos de la administración pública, tal como ocurre en este primer mes del año con los despidos en la planta de Fabricaciones Militares, en Azul (Fanazul) o con los trabajadores de Yacimientos Carboníferos Fiscales, en la patagónica Río Turbio.
Mientras el predio del INTI en Villa Martelli permanece tomado desde el viernes pasado por trabajadores que denuncian cesantías arbitrarias por parte de las autoridades, Escudero -que participa de la toma- mantendrá esta mañana un encuentro con otro “archienemigo” declarado del macrismo: el camionero Pablo Moyano.
Después de la reunión con el gremialista, Escudero partirá hacia el aeropuerto de Ezeiza, donde embarcará un vuelo con destino a Roma. Allí participará de un encuentro de la ‘Red Libera’, que nuclea a más de 1.600 organizaciones antimafia de Italia, al que fue invitado especialmente por el sumo pontífice.
El delegado del INTI asistirá al encuentro en representación de La Alameda, que participa de la red, bajo la tutela del ex legislador Gustavo Vera, otro de los hombres que mantiene un vínculo estrecho con Jorge Bergoglio.
La relación entre Vera y el INTI data de la gestión de Enrique Martínez, cuando a raíz de los decomisos de las maquinarias secuestradas en los operativos judiciales donde se desbarataban talleres clandestinos, el Instituto coordinó con La Alameda la instrumentación de programas productivos.
“Néstor es un experto en reutilización de bienes confiscados a las mafias que en nuestro país esclavizan a cientos de personas a las que someten a condiciones infrahumanas para la producción de prendas en los talleres clandestinos y en este carácter es que el Papa lo invitó especialmente a disertar en Roma”, contó un dirigente de La Alameda.