En las próximas horas se publicará en el Boletín Oficial el pliego de licitación para la organización de la próxima cumbre del G-20 que se realizará en Buenos Aires el 30 de noviembre y 1ro. de diciembre próximo, y que tendrá un presupuesto de algo más de $ 1.000 millones (aproximadamente 53 millones dólares).
A pesar de la impresionante cifra que se destinará para esos dos días (el número exacto es de $ 1.072.000.000), la organización local del megaevento -que ocupa varias oficinas en el Centro Cultural Kirchner-, destaca que “el tono general de la presidencia es austero y sobrio, entendiendo que el verdadero objetivo del foro es brindar un espacio clave de discusión y toma de decisiones”.
Las reuniones previas a la cumbre, como el encuentro de ministros de Finanzas del G-20 que se hará el 19 del mes próximo, fueron adjudicadas a la empresa Messe Frankfurt, que también se presentará para organizar la reunión de los presidentes.
En el pliego de licitación se establece que las empresas deberán contar con domicilio en el país. En caso de que se trate de firmas extranjeras, tendrán que contar con una sucursal nacional debidamente registrada.
En tanto, una sola empresa o UTE se ocupará de todo: la infraestructura, el catering, el servicio de acreditaciones, los traslados, las actividades recreativas, los uniformes, el tendido de redes, el servicio de internet, el servicio de traducción simultánea, el personal de asistencia, el relevamiento fotográfico y video, el servicio de limpieza, servicio de ambientación, servicio de diseño, la dirección técnica, la coordinación y los extras.
El operativo, además, incluye bienes de uso, espacios, vehículos y choferes, intérpretes, comidas, refrigerios y mozos, y, todos los recursos humanos asociados. Todo para “la puesta en marcha, operación, coordinación y funcionamiento del evento”. Y quien gane la licitación, deberá ocuparse también de los obsequios protocolares que se llevarán las delegaciones que visiten el país.
El pliego es claro respecto a las exigencias, ya que se esperan “los más altos estándares de protocolo, seguridad y organización logística, adoptándose los recaudos de sustentabilidad adecuados que garanticen el mejor impacto al ambiente, condiciones éticas, así como el cumplimiento de la legislación laboral vigente, en especial lo que se relaciona con condiciones dignas y equitativas de trabajo”.
Mientras tanto, en el Gobierno manejan la información con sumo cuidado. Quieren evitar que los grupos anticapitalistas cuenten con datos que sirvan para intentar producir incidentes, como ya ocurrió en Hamburgo, y también durante la reciente cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Buenos Aires.