Mientras desde la oposición y hasta en Cambiemos se suman las voces reclamando su renuncia, el subsecretario general de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, a quien se le descubrió una cuenta en Andorra, se defiende, y asegura que el dinero no le pertenecía ni ganó “un centavo con esa plata”.
“Decidí salir de la sociedad antes de ingresar a la función pública”, sostuvo el funcionario respecto a su participación en ‘Line Action Ltd.’, empresa radicada en Gran Bretaña dedicada a transferencias de jugadores de fútbol, que contó con 980 mil euros (1,2 millones de dólares) a su nombre en una cuenta en Andorra.
En una entrevista con el diario La Nación, Díaz Gilligan aseguró que “ese monto es el que estuvo depositado en la caja en algún momento, pero lo que no se dijo es que en aquel momento los gastos y las deudas de la sociedad equivalían más o menos al mismo monto. El patrimonio inicial de la sociedad era de 10.000 libras”.
Asimismo, describió que su rol en esa sociedad “era de búsqueda de esponsoreo deportivo”, mientras que “en las ventas (de jugadores) estaban Francisco “Paco” Casal y el Tano (Nelson) Gutiérrez”.
Según él, “a principios de 2013, cuando veía que podía ingresar a la función pública (en el Gobierno porteño), le dije a Paco ‘yo salgo’. La cesión tardó en materializarse unos meses, y en el medio comencé a ser funcionario. No hubo intención de ocultar nada, no era dinero mío ni había ganado nada con eso”, precisó.
“Todo lo hice en la actividad privada antes de ingresar en la actividad pública”, insistió. El funcionario dijo que “se trata de temas anteriores a la gestión pública” y subrayó: “más allá de que a veces se busca confundir y que parezca todo lo mismo, no hay fondos involucrados. La gente entiende la diferencia”.
En su declaración jurada de 2016 ante la Oficina Anticorrupción, Díaz Gilligan declara bienes como un auto Toyota modelo 2012, una chacra en Pueblo Edén -a 45 kilómetros de Punta del Este- y unos 300.000 dólares de patrimonio en efectivo. “Todo lo hice en la actividad privada antes de ingresar en la actividad pública”, se defiende Gilligan, de 44 años, con cuatro en la función pública: estuvo dos años como subsecretario de Turismo del gobierno porteño, también a las órdenes de Fernando De Andreis, actual secretario general de la Presidencia.
En el Gobierno niegan que la situación en torno a la cuenta de Andorra, país considerado paraíso fiscal hasta el mes pasado, genere “conflictos internos” o que preocupe en demasía al presidente Mauricio Macri. Gilligan agradece el apoyo del jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien lo consideró una “muy buena persona y gran funcionario”.
Ante la pregunta sobre si puede salir del Gobierno por ese hecho, respondió: “No creo que haya datos que ameriten esa salida. De todos modos, yo ya me preparé mentalmente para ir a la Justicia a declarar, así como iré a la OA a presentar balances, actas de constitución y mi salida de la sociedad. Estoy a disposición para contestar todo”.