El ex titular de la Unidad Especial de investigación del atentado a la AMIA, Mario Cimadevilla, denunció penalmente al ministro de Justicia, Germán Garavano, su ex jefe de Gabinete Esteban Conte Grand y otros 9 funcionarios y asesores por intentar “entorpecer la tarea de la querella tratando de buscar algún favoritismo para alguno de los acusados”. La causa quedó a cargo del juez Julián Ercolini.
En un escrito de más de 40 páginas, el ex senador de la UCR realizó un pormenorizado detalle de las presiones e intereferencias que realizó el ministro a través de distintos emisarios y operadores y que derivaron en un cambio a último momento en la querella del Estado para pedir la absolución de los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, acusados de peculado, coacción y privación ilegal de la libertad.
De esta manera se profundizó el conflicto interno en Cambiemos, que ya se había abierto con las acusaciones en el mismo sentido de la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, quien adelantó que acompañará un planteo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por parte de los familiares de las víctimas del atentado.
Esta nueva interna se suma a la que ya planteó Elisa Carrió en el tema, quien ya determinó que llevará el tema a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por parte de los familiares de las víctimas del atentado.
“La intención del ministro Garavano siempre fue tener el control absoluto de la querella de la Unidad Especial de Investigación” y que “violentó compromisos asumidos por la República Argentina en el orden internacional y por ende comprometió la responsabilidad internacional del Estado Nacional”, justificó en su escrito Cimadevilla.
“Garavano impartía directivas al equipo de abogados, que se habrían exteriorizado en indicaciones tales como ‘no preguntar tanto’, ‘bajar el perfil’,‘descansar más en el trabajo de la Fiscalía’ y, sobre todo, ‘mostrarse más distantes de las querellas, especialmente de Memoria Activa’”.