El presidente Mauricio Macri aprovechó el fin de semana largo de Semana Santa y volvió a tomarse vacaciones. Como en febrero, eligió Chapadmalal para viajar junto a su esposa, Juliana Awada, y su hija Antonia. En poco más de dos años de presidencia, ya acumula tres meses de descanso.
Macri se encuentra, desde ayer y hasta el domingo a la noche, en el complejo turístico que está a 35 kilómetros de Mar del Plata y que ya es un clásico presidencial: se trata de la misma residencia veraniega en la que pasó, también junto a su familia, los feriados de Carnaval de febrero y donde, pocos días después, realizó el “retiro espiritual” con su gabinete para analizar los logros y objetivos de la gestión.
Desde que inició su mandato en diciembre de 2015, Macri vacacionó en Tandil, Córdoba y Corrientes. A fines de diciembre, tras la aprobación de la reforma previsional, se recluyó en el country club Cumelén de Villa La Angostura donde tuvo tres semanas de descanso en compañía de su familia y de su amigo el empresario Nicolás Caputo. Es decir que, en lo que va del año, el Presidente ya acumula casi 30 días no trabajados, en un 2018 que recién lleva 90.
Su adicción por el descanso no es nueva: como diputado nacional, entre 2005 y 2007, acumuló 277 ausencias en votaciones en la Cámara baja, que fueron 322, mientras que en sus ocho años a cargo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se tomó 261 días.
Macri retomará el lunes las actividades oficiales y recibirá, por el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, a los familiares que visitaron las tumbas de los 90 soldados identificados, en el cementerio de Darwin.