El próximo jueves será clave para la futura conducción de la CGT. Ese día, el consejo directivo definirá la convocatoria al Comité Central Confederal, que se encargará de elegir a las nuevas autoridades de la central obrera, lo que ocurrirá entre mayo y junio. Y ya se percibe que todos los caminos confluirán hacia una gestión cercana al Gobierno de Mauricio Macri.
Más allá de que persisten diferencias a la hora de los nombres, y teniendo en cuenta que hay cinco vertientes que buscan quedarse con los principales lugares, se forzará a elegir a un candidato de consenso.
Héctor Daer, uno de los integrantes del actual triunvirato de mando, aparece hoy por hoy picando en punta para quedarse en soledad con el sillón de mando. Líder del gremio de la Sanidad de Buenos Aires desde hace 17 años, Daer es el referente del sector de “los Gordos” (grandes gremios de servicios), uno de los sectores sindicales con mejor diálogo con la Casa Rosada.
Se sabe que contaría con el respaldo de los autodenominados “independientes” (Uocra y los estatales de UPCN y AySA), y del puñado de gremios nucleado bajo las siglas de las 62 Organizaciones Peronistas, el brazo sindical macrista que encabezan Oscar Mangone (Gas), Ramón Ayala (Uatre) y Antonio Cassia (Supeh).
Mientras, en la vereda de enfrente, y sin un candidato de peso, se agrupan los sindicatos del transporte y el Movimiento de Acción Sindical (MASA), cuyo referente máximo es el taxista Omar Viviani. A los dos sectores les gustaría imponer un dirigente propio, pero reconocen en privado que no le ganarían a Daer en caso de una pulseada.
Por ahora, se mantienen al margen la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), el Smata y los gremios de la Corriente Federal, que encabeza Sergio Palazzo. Lo más probable es que el jefe de los bancarios y su tropa se queden al margen del nuevo consejo directivo cegetista como alternativa opositora, y jueguen en la calle en tándem con los Moyano y las dos CTA, con la idea de avanzar en la construcción de un polo sindical de sesgo opositor, dispuesto a enfrentar al Gobierno.
Detrás de esta corriente, también se posicionarían los movimientos sociales, que ya fueron advertidos de que con la nueva CGT difícilmente prosperen alianzas y estrategias comunes, como cuando empujaron juntos la ley de emergencia social.
De esta manera, se pone en marcha la despedida del actual triunvirato que integran Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña. El jueves próximo presidirían la que seguramente sea su última reunión de consejo directivo. No se espera un encuentro con cortocircuitos porque se pactó una tregua hasta el cambio de mando. Además, el principal foco de tensión, que era Pablo Moyano, ya se apagó ante la renuncia de Camioneros a la central obrera.
“Tenemos que construir un marco de contención para discutir políticas con el Gobierno y representar a la mayor cantidad de gremios y sectores. El conflicto social está en una meseta, y si esto sigue así no tengo dudas de que Macri se encamina hacia la reelección en 2019”, pronosticó un dirigente que tiene asegurada su butaca en la cúpula de la futura central.