Lejos de la imparcialidad que impone la cuestión, “Argentina Debate”, una ONG que se presenta como independiente pero que en realidad aportó sumas millonarias para la campaña que llevó a Mauricio Macri a la presidencia, será la encargada de instrumentar la organización del debate para las elecciones presidenciales del año próximo.
Así lo dispuso la Cámara Nacional Electoral (CNE), que al firmar el convenio de colaboración con la entidad, destaca que así “se reafirma el criterio según el cual es menester la creación de un bien público de largo plazo, con la mayor apropiación de participantes y de la sociedad civil, abriendo la posibilidad de acordar la ejecución de diversos aspectos relativos al planeamiento, organización y realización de los debates presidenciales”.
Sin embargo, más allá de presentarse como “una organización independiente y apartidaria que trabaja para mejorar la calidad del debate público”, muchos de sus miembros financian a Cambiemos, sino que tras el triunfo de Macri, 6 de los 22 integrantes que organizaron el debate en 2015, se convirtieron en funcionarios del macrismo, en tanto tres son parientes directos de actuales miembros del Ejecutivo, y otros tantos son empresarios amigos y hasta aportantes del PRO.
Karina Román, la actual titular de la ONG, contribuyó con 1,5 millones de pesos a la campaña del actual presidente. A pesar de eso, se esfuerzan por explicar que el comité estratégico de 2019 no tendrá funcionarios, y que se garantizarán la pluralidad y la neutralidad “para afianzar un debate de calidad”.
Por un lado, algunos organizadores del debate llegaron a altos cargos del gobierno nacional de Cambiemos. Es el caso de Alberto Abad, hasta hace unas semanas titular de la AFIP.
Otro reconocido organizador del debate que ocupa un importante cargo en el gobierno de Macri es José Octavio Bordón, actual embajador argentino en Chile.
También un ministerio del ámbito nacional recibió a miembros del Comité Estratégico de “Argentina Debate”: es el caso de Gabriel Castelli, secretario de Coordinación del Ministerio de Desarrollo Social que encabeza Carolina Stanley.
Otro caso es Eduardo Levy Yeyati, economista y director titular del Banco de Inversión y Comercio Exterior. Intelectual que pedía el voto a Cambiemos, preside el CIPPEC -uno de los think tanks que ha alimentado con varios funcionarios a Cambiemos-, dirige la consultora Elypsis, trabajó en el banco de inversión Barclays, y asesora al Banco Mundial, al BID y al FMI.
Pero los impulsores del debate que llevó a Macri a la Rosada no sólo derivaron en el gobierno nacional sino que también arribaron a la gestión PRO de la Ciudad. Es el caso del coordinador y principal referente de “Argentina Debate”, Hernán Charosky, subsecretario de Reforma Política, que depende del Ministerio de Gobierno porteño.
Pero el Comité Estratégico de la ONG no sólo estuvo integrado por personas que luego accedieron a cargos públicos, sino también poderosos empresarios parientes de hombres que luego se volvieron funcionarios PRO. Es el caso de Federico y Nicolás Braun, dueños de Supermercados ‘La Anónima’, familiares de Marcos Peña, el jefe de Gabinete, y de Miguel Braun, el secretario de Comercio.
Otro integrante del equipo organizador del debate que, tras el triunfo de Macri, se encontró con un familiar funcionario es Juan Llach, economista y sociólogo, ex ministro de Educación de la Alianza y firmante de la solicitada de intelectuales que llamó a votar por Macri.
Otros dos empresarios públicamente amigos del gobierno que fueron parte del armado del debate de 2015 son Juan Pablo Bagó, director de Laboratorios Bagó, y Marcos Galperín, presidente y CEO de MercadoLibre. En el caso de Bagó, en marzo de 2015 contribuyó con $50 mil para comer con Mauricio Macri, entonces candidato de Cambiemos, en la cena de recaudación de campaña organizada por el PRO. Galperín, por su parte, es nombrado por el Presidente como “el emprendedor modelo”.