“El poder no tiene amigos, sólo negocios”, acostumbran a decir los empresarios del país y del exterior. Héctor Magnetto, CEO del grupo Clarín durante tres años realizó una feroz campaña para debilitar a la ex presidenta Cristina Kirchner y mejorar la imagen de Mauricio Macri. Las plumas de los medios concentrados lo llamaron “periodismo de guerra”. La brutal campaña dio resultado y Macri ganó por escasos dos puntos a Daniel Scioli y ocupó la Casa Rosada.
Decíamos que el poder no tiene amigos y desde hace varias semanas, luego de la brutal tarifazo de gas, luz, transporte, el aumento de los alimentos, una inflación que no se detiene y un dólar en alza, cae fuertemente la imagen del presidente. En poco tiempo, Macri perdió entre 10 y 15 puntos de imagen positiva, de allí que los poderosos de siempre ya decidieron su reemplazo para que estas políticas continúen hasta el 2023.
Hay que leer entre líneas a los editorialistas del Grupo Clarín con elogios continuos a la gobernadora y con algunas críticas al presidente. Ayer, Horacio González afirmaba que con Vidal no sucedía el escándalo de Nicolás Dujovne y los gastos descontrolados en aviones privados, cenas particulares con los mejores vinos del mercado. “Si Dujovne hubiera sido funcionario bonaerense, ella – por Vidal- no lo hubiera mantenido en su gabinete”,dijo el periodista de Clarín entre otros elogios.
Por su parte, Pablo Sirven, del diario La Nación también está haciendo campaña por Vidal. “Señora María Eugenia, toc toc, soy la Historia, necesito que sea presidenta”, dice el servil de Sirven.
La gobernadora también cayó en las encuestas pero muchísimo menos que Macri. Los bonaerenses como sucedía antes con Scioli y Cristina, culpan directamente al presidente y no tanto a la gobernadora. Mientras los medios empiezan a criticar la mano dura de Marcos Peña contra los radicales, reconocen que Vidal mantiene una buena relación con el vicegobernador y los jefes comunales del viejo partido de Irigoyen. Cambiemos controla 69 municipios y el 90 por ciento son radicales, nadie del PRO se los puede poner de punta.
Vidal, a diferencia de Macri, no quiere hablar de su reelección a la gobernación. En que en el Palacio de calle 6 todavía sueñan que si el presidente sigue cayendo en las encuestas, ella ocupe ese lugar. En los despachos de Cambiemos reconocen que 8 años en la provincia es desgastante.
La gobernadora, mas allá que percibe el apoyo de los medios hegemónicos, sabe que no puede producir tensiones con el presidente y mucho menos con Marcos Peña que la tiene en la mira.
Paralelamente, Vidal esta muy preocupada por las inundaciones – más allá de la protección de los medios- y también porque la inseguridad crece día a día y más del 82% de lo vecinos dicen que no pueden pagar el tarifazo y en un 58% le dijeron que “no le creen” a su propuesta de bajar impuestos en las boletas de gas.
“Quien le da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro”, decía el general Perón. Macri creyó que dándole todo al grupo Clarín lo tendría siempre de su lado. No es así, Magnetto ya trabaja en un reemplazo para la presidencia de 2019