Un Macri irascible culpa de todos los males a Vidal y Sturzenegger

La crisis económica que sufrió el gobierno de los propios “amigos del mundo financiero” nacional e internacional, terminó con una mega devaluación del dólar que paso de 17 pesos en diciembre a 25 pesos en mayo, lo que dejo a un presidente irascible sin sonrisas y buscando culpables dentro del gobierno. Las víctimas son Federico Sturzenegger y María Eugenia Vidal.

Quien está con un pie afuera del gobierno es el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger por no poder solucionar la crisis que le costo la perdida de casi 10 millones de dólares de reserva. A principios de mayo, el presidente le dio la razón a Sturzenegger y culpó a Mario Quintana por el famoso 28 de diciembre y el cambio de metas.

Sturzenegger convenció al presidente el 3 de mayo que el dólar se iba a mantener en 20,55. Macri le creyó pero 10 días después la realidad era que el dólar se había ido a 25 pesos y el Banco Central había perdido casi 10 millones de dólares de reserva. Luis Caputo, el pasado fin de semana, antes del supermartes convenció a Macri que le diera las riendas del conflicto.  Allí Caputo decidió poner sobre la mesa 5 millones de dólares a 25 pesos y negocio con fondos buitres para que compren bonos. Sturzenegger se opuso, pero la orden fulminante de Macri lo dejo afuera.

Macri decidió que hasta que se cierre el acuerdo con el FMI ningún ministro será despedido, pero le puso la soga al cuello al presidente del banco Central. Dijo públicamente que Sturzenegger debe “resolver el tema de la inflación”, cuando la solución debe ser resuelta por múltiples factores y no por un banco Central.

Caputo ganó la batalla. Lo que no dijo públicamente en que en ese acuerdo “non sancto” con el fondo BlackRock que había retirado sus capitales a 20 pesos lo volvió a traer cuando cotizaba a 25 pesos, invirtiendo en los BoTe de Caputo con una ganancia multimillonaria. También hicieron un gran negocio los bancos argentinos cuando obligaron al Central a cambiar las reglas de liquidez y entonces los bancos compraron las Lebac. Este negocio le permitió a los bancos usar fondos inmovilizados a tasa cero para renovar y comprar las Lebac al 40% de ganancia.

La otra bronca del presidente Macri fue con María Eugenia Vidal, en parte porque Héctor Magnetto y los sectores de poder le dieron un ultimátum a Macri para que se baje de la reelección y la gobernadora sea la candidata.  Esos comentarios que se leen ya como algo habitual en los medios hegemónicos lo tiene alterado al presidente.

Macri, sin pelos en la lengua, fue muy duro con Vidal. “Por no cerrar la paritaria docente en un 15 por ciento, ahora los gremios tienen todos los argumentos para reclamar que la paritaria sea del 25%”, le dijo Macri.  En realidad, antes de la crisis, desde el gobierno habían ordenado que cierre la paritaria por decreto en un 15% pero la gobernadora confiaba en poder torcer el brazo a los gremios docentes y no aparecer como una autoritaria incapaz de resolver una paritaria. Su equipo en la Gobernación había dicho que cerrarla por la fuerza traería un costo a su imagen. Ahora deberá resolverlo. La gobernadora, para calmar la bronca del presidente, salió por estos días a todos los medios a defender la política económica y especialmente el acuerdo con el FMI.