El presidente Mauricio Macri almorzó ayer con Lilita Carrió y le confirmó que “no tocará las retenciones al campo” y agregó que además “continuará bajándolas”. El campo había dado un ultimátum que si tocada las retenciones o las suspendía volverá la Mesa de Enlace y si fuera necesario los cortes en las rutas.
Carrió había pedido al campo que ayudara, luego que el dólar había pasado de 19 a 25 pesos con una brutal ganancia para ese sector que exporta soja, trigo y maíz. La dirigente, como le sucedió a Pugliese, le habló con el corazón a sus socios, pero ellos le respondieron con el bolsillo.
La rebelión del campo se produjo cuando los técnicos del Fondo Monetario Internacional le pidieron a Nicolás Dujovne que había que volver a subir momentáneamente las retenciones al trigo y al maíz y frenar la rebaja del dólar. Obviamente, el propio ministro de Agricultura, Luis Etchevehere le salió al cruce y además rápidamente “buchoneo” a la dirigencia del campo que salieron con los tapones de punta. Para los poderosos el sacrificio de achicar el déficit debe hacerse sólo con los trabajadores, no con ellos que son los “fundadores de la Patria”.
Desde el primer día, el gobierno había bajado las retenciones, llevó el dólar de 9 a 25 pesos en dos años y además le permitió que no liquiden los dólares como sucedía con el gobierno anterior. El presidente se asustó de la apretada del campo. “Mira si nos cortan las rutas como hicieron con Cristina, que los recortes vayan por otro lado decile al Fondo”, dijo, palabras más palabras menos, el presidente a su ministro coordinador.
Macri, una vez más demostró que es débil con los poderosos y fuerte con los débiles.