Los primeros papers del Fondo Monetario Internacional dejaron pálido al equipo económico, al Banco Central y al presidente Mauricio Macri. “Al final lo del veto a la ley antitarifas es una pavada al lado de los que nos piden en Washington para la firma del acuerdo”, dijo un alto funcionario que camina los pasillos de la Casa Rosada.
Entre las exigencias del FMI está un bono compulsivo para frenar por un año la bomba de las Lebac -vencen cada 30 días-, eliminar regímenes especiales jubilatorios, derechos laborales y los 25.000 millones del Fondo Docente que van a las provincias.
Hoy el periodista Marcelo Bonelli adelanto en Clarín que es “una sugerencia” del FMI canjear las Lebac con un bono por un año, el que por ahora sería “no compulsivo”, pero golpearía duramente los bancos que tienen mayoría de las letras, por lo cual no podrán devolver los depósitos a sus clientes. En la actualidad hay un 1,2 billón de pesos en Lebac, lo que equivale a unos 47 mil millones de dólares. La mayoría están en los bancos con una tasa de interés del 40% y si los obligan a un bono por un año un iceberg del un nuevo corralito.
El pasado 30 de abril en este portal anunciábamos que el gobierno analizaba un corralito para las Lebac y los plazos fijos. Parecía un titulo catástrofe, pero no era así. El periodista Roberto Navarro lo había adelantado en su programa de El Destape y mucho antes, en noviembre del año pasado, el economista liberal José Luis Espert decía que con este nivel de endeudamiento y por el alto deficit se marchaba hacia un corralito. “Es una locura lo que están haciendo. Los bancos argentinos tienen títulos de deuda. ¿Qué creen que van a hacer los bancos cuando el Estado no les pague? No le van a pagar los depósitos a la gente”, señaló Espert.
Por estas horas también se conoció un informe del influyente Balanz Capital que afirma: “El BCRA está estudiando la emisión de pagarés a un año, una vez que el mercado se estabilice para atraer fondos”. Ese exclusivo trabajo estuvo a cargo del director de Research, Walter Stoeppelwerth, y lleva un sugestivo titulo: “Argentina: se viene el invierno”.
Entre los pedidos, ademas de un fuerte recorte que sufrirán las provincias, el FMI le exigió al gobierno que desacelere la “obra pública” e insistió que no va a permitir que se gasten dólares para frenar una nueva corrida, por lo cual el banco Central no debería intervenir. Esta medida implicará un dólar recontraalto y con ello nuevos y brutales aumentos en las tarifas, alimentos y transporte.