Mientras el Gobierno y los grandes medios celebran con bombos y platillos que la Argentina ya es un mercado emergente, al menos para la visión de las finanzas globales, no todo lo que reluce es oro y el haber dejado atrás la condición de “mercado de frontera”, lejos está de garantizar que se vendrán tiempos de bonanza y prosperidad para el conjunto de la población.
Teniendo en cuenta que muchos grandes fondos de inversión requieren de este aval para incluir en su cartera de activos deuda privada de un país, en principio esto podría representar un potencial ingreso de fondos. Pero por el contexto que se vive, sobre todo a partir de lo que significó la corrida cambiaria desatada a fines de abril, la inestabilidad económica sigue siendo una amenaza.
Después de todo, no es casual que este aparente beneficio, llega justamente cuando se acaba de confirmar el préstamo de 50.000 millones de dólares por parte del FMI. Y ya se sabe que, para cumplir con las exigencias del Fondo, el peso, por ejemplo, deberá devaluarse más de lo esperado, o las altas tasas tendrán que mantenerse por más tiempo.
Quien premia de esta manera la gestión económica del gobierno de Mauricio Macri es Morgan Stanley Capital Investment (MSCI Inc.), una empresa estadounidense dedicada a ponderar y proveer índices diarios sobre acciones, bonos, fondos de capital de inversión, deuda, mercados de valores, fondos de cobertura y otras herramientas de análisis de carteras a nivel mundial.
El hecho es que MSCI otorgó esta ventaja por la política de apertura irrestricta al ingreso de capitales de corto plazo, pero aclara que podría revertir esta calificación si el Gobierno “introduce cualquier tipo de restricciones de acceso al mercado, tales como controles de capital o de divisas”.
Precisamente, el país dejará así de ser un mercado de “frontera”, una categoría a la cual había caído en 2009, cuando el gobierno de Cristina Kirchner dispuso restricciones al movimiento de capitales foráneos.
Y mientras el ‘establishment’ festeja esta noticia, a contramano de esa celebración, el economista Agustín D’Attellis advirtió que “esto, con el contexto de corrida del dólar, no va a generar ningún ingreso de capitales, porque no hay espíritu de invertir”.
Tras destacar que “la decisión de MSCI por la categoría de emergente para la Argentina es parte del acuerdo con el FMI”, explicó que esa compañía estadounidense “lleva adelante una categorización sobre los mercados de acciones, o sea que juega para los mercados especulativos que entran o salen de los mercados accionarios”.
Por último, el economista sostuvo que “el hecho de haber desregulado los capitales especulativos es una de las causas de la corrida cambiaria que vivimos en las últimas semanas. O sea es una noticia que trae todavía más fragilidad a la economía argentina, ratifica la vulnerabilidad a la que nos sometieron. Puede ser sólo una buena noticia y tomada con pinzas para el poco tamaño de capitales especulativos que hay jugando en el mercado de acciones”.