Los obispos que integran la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (Cepas), volvieron a criticar con dureza al gobierno de Mauricio Macri y, en línea con el mensaje del Papa Francisco, ratificaron el rechazo “a modelos que anteponen el interés económico o sectorial” con políticas que “colocan a la dignidad humana en la periferia de las preocupaciones”.
“Como argentinos, y comprometiéndonos cada uno desde su lugar, estamos llamados a consolidar la democracia como único camino para saldar la deuda con los pobres y descartados de nuestra patria”, dijo monseñor Rubén Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, al clausurar una nueva edición de la Semana Social, que sesionó en Mar del Plata.
Con una agenda que apuntó a la problemática de la pobreza y disparó duras críticas desde la Iglesia hacia el Gobierno, durante las deliberaciones se reclamó que las políticas de ajuste “no se practiquen sobre los pobres”, y se hizo hincapié en cuentas pendientes que el país tiene con menores “sometidos al desamparo, trabajo infantil, explotación y trata de personas”.
En su homilía de la misa que clausuró este encuentro bajo el lema “Democracia: un camino de servicio a los pobres”, el presidente de la Cepas, monseñor Jorge Lugones, celebró la convocatoria que se logró en estos días. “Nos alegramos de compartir, aunque a veces quieran enmudecernos”.
El también obispo de Lomas de Zamora, una de las voces por las que suele hablar el Papa, y que cuando inauguró esta Semana Social, fue tan explícito como claro e incisivo al desnudar condiciones que afectan a los más necesitados, con cuadros graves de pobreza e indigencia, así como falta y pérdida de empleos.