“La devaluación está licuando salarios y ahorros”. Así, de manera contundente, lo dijo el flamante arzobispo de La Plata, Víctor “Tucho” Fernández, al plantear un duro diagnóstico de la realidad económica del país. Lo hizo en su primer Tedeum, y frente a la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, en la Catedral de La Plata.
Durante su homilía, el obispo, que mantiene un vínculo amistoso con el Papa Francisco, se quejó de la llamada teoría del derrame, la que, según su análisis, sólo termina en “fortunas que gotean como migajas que caen de la mesa de los ricos”.
En otro pasaje se preguntó “qué se espera para apostar a la economía real”, y le reclamó a la clase política que busque maneras de “ayudar a los que apuestan en el país y a los que innovan y no a los que especulan”.
En tanto, también se mostró molesto con aquellos que llaman “populista” a Francisco: “Todo lo contrario, él siempre dice que cada uno tiene que tener trabajo para dar lo mejor de sí”.
Al término del oficio religioso, en diálogo con el móvil de Infocielo, monseñor Fernández sostuvo: “Siempre dicen que confiando en este sistema tarde o temprano nos va a ir bien. Lo que pasa es que la economía no funciona de manera matemática, que haciendo esto se logra aquello. Siempre aparece una variable inesperada y el que las paga es el de abajo”.
Y agregó: “No es que vamos a seguir los dogmas del liberalismo y que todo va a ir bien porque en unos años puede estar todo mal y la pagan los de abajo”. En ese marco, reclamó no postergar más “la liberación y el bien de los últimos”.