El escándalo por los aportes truchos, el lavado de dinero y el robo de identidad podría llevarse puesta a la gobernadora María Eugenia Vidal por ser la presidenta del PRO bonaerense y la jefa de campaña electoral el año pasado. Día tras día la denuncia de Juan Amorín para El Destape sigue ampliándose y ya se habla de 100 millones de pesos de plata negra y de inhabilitar a la gobernadora para ejercer cargos públicos.
Lo que comenzó como una investigación en un portal de noticias y con el silencio cómplice de los medios hegemónicos se convirtió un uno de los escándalos más significativos de Cambiemos. Con el apoyo de otros portales de noticias y las redes sociales la noticia se expandió y terminó estallando en las manos de la gobernadora.
El modus operandi era sencillo: a los candidatos a intendentes los hacían aportar 50 mil pesos, los candidatos a concejal 38 mil y los consejeros escolares entre 21 mil y 30 mil. Eso fue un calco en toda la provincia. Como no alcanzaba para “blanquear” toda la plata decidieron tomar los listados de los sectores mas humildes que reciben alguna ayuda del Estado para afiliarlos al PRO y hacerlos aportar.
El radicalismo bonaerense, especialmente del interior de la provincia se abrió del escándalo y en muchos casos se presentaron a la Justicia para aclaran que no habían realizado aportes, lo mismo sucedió con gente de sectores humildes. Ayer intentó despegarse la diputada Graciela Ocaña señalando en un tuit que ella es una dirigente que lucha por ‘la transparencia’ pero no dijo nada de la denuncia que ya esta en la justicia. Recordemos que hay videos de campaña donde la actual diputada dice públicamente que ella denunciaría actos de corrupción de Cambiemos. Nada de eso sucedió. Amorin le respondió el tuit: “33 días después de la investigación, llega una respuesta completamente vacía. Me parece que todos esperábamos otra cosa de usted, diputada”.
El presidente Mauricio Macri llamó a través de Marcos Peña a la gobernadora y la obligó a poner la cara sobre el escándalo antes de su conferencia de prensa en la residencia de Olivos. Vidal decidió echar a la contadora María Fernanda Inza del cargo de la Contaduría General de la Provincia de Buenos Aires a la que había sido nombrada hace 5 días. “Hay que cortar por el hilo más delgado”, le dijeron en su equipo, sabiendo que la Justicia muy pronto la citará por ser la tesorera y responsable de los aportes truchos. No hay que dejar de lado que Inza, una militante de Franja Morada, que hoy ocupa cargo en la Universidad de Buenos Aires, no se decida a hablar ante el juez que podría mandarla tras las rejas e inhabilitarla de por vida.
Hay muchos nervios en el equipo de la Gobernación. Del 65% de imagen positiva en octubre del año pasado a un 40% por estos días, arrastrada por el presidente Macri y sin contar todavía esta investigación que la golpea en el hígado de su imagen de honestidad.
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