Con un dólar rozando los $ 32, una inflación que rondará el 35% y la actividad económica que registró una caída del 6,7%, al Gobierno no le quedó otra alternativa que recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI), para que en septiembre libere otros 3 mil millones de dólares del acuerdo con el organismo, además de pedir algunos cambios en el acuerdo firmado hace sólo dos meses.
Así lo confirmó hoy el ministro de Hacienda, Nicolas Dujovne, durante un encuentro con corresponsales de agencias internacionales, oportunidad en la que también reconoció que la economía argentina caerá el 1 % este año, como consecuencia de “los efectos de una feroz sequía sobre el sector agrícola”.
En este contexto, y teniendo en cuenta que el convenio con el Fondo se firmó en junio pasado, varios puntos del programa económico acordado entre el gobierno de Maurio Macri y el FMI ya están corriendo serios riesgo de incumplimiento, como por ejemplo una inflación que no tendría que superar el 32% a fin de año, mientras que desde los más diversos ámbitos en los que se estudia el rumbo económico, ya hablan de que será prácticamente imposible que se ubique por debajo del 35%.
A eso se le suma la constante pérdida de reservas del Banco Central, y el interrogante que se abre a la hora de imaginar una reducción del déficit primario al 2,7% del PBI en 2018, algo que para la administración macrista es algo “irrenunciable”.
El funcionario señaló además que el país pidió al FMI que se removiera del acuerdo un plan para que el Tesoro recompre letras intransferibles que actualmente están en manos del Banco Central.
No dejó de llamar la atención este pedido de salvataje al Fondo, teniendo en cuenta que hace tan solo una semana atrás Dujovne había descartado esa posibilidad, y hasta había deslizado la alternativa de llegar a una línea adicional de ayuda por parte del Tesoro de los Estados Unidos.
Una vez que se concrete la transacción solicitada, habrán ingresado casi 18 mil millones de dólares del organismo financiero, lo que representan el 35,8% del préstamo condicionado por hasta 50.000 millones de dólares que fue aprobado hace apenas dos meses.