Tras la contundencia de la medida de ayer, la CGT ya comenzó a evaluar la posibilidad de convocar a un nuevo paro general antes de fin de año cuando comience a tratarse el Presupuesto 2019, que incluye un ajuste brutal, en el Congreso de la Nación.
“Desde acá, con total humildad, con el respeto por las instituciones, por el valor del sistema democrático, le decimos al Gobierno que si no hay plan B, tampoco va a haber tregua con el movimiento sindical argentino”, dijo Juan Carlos Schmid, uno de los integrantes del triunvirato tras evaluar que ayer “se expresó en forma contundente, a lo largo y a lo ancho del país, nuestro profundo rechazo a este programa económico”.
Schmid ratificó que la protesta excede la frontera sindical: “Acá hay otros sectores que están protestando de la misma manera que hace la CGT”. Reiteró el pedido de la clase obrera al gobierno de Mauricio Macri y advirtió: “Si no hay un cambio del rumbo económico esto se va a volver a repetir. Si el rumbo es este, el conflicto social va a seguir”.
Los miembros del triunvirato de conducción junto con la “mesa chica” de dirigentes analizaron ayer mismo el impacto de la medida, el cuarto paro contra el gobierno de Mauricio Macri. La adhesión fue casi total empujada especialmente por la paralización de todo el transporte público de pasajeros, la actividad industrial y parte de los servicios, y con una incidencia menor en el caso del comercio y la gastronomía. En la evaluación interna pesó también la participación de sectores medios y cuentapropistas disconformes con la persistencia de la crisis económica.
Héctor Daer, otro de los integrantes del triunvirato, manifestó que “este contundente paro de actividades es para decirle al gobierno que hay que cambiar de rumbo”, mientras que Carlos Acuña aseguró que: “No tenemos por qué tener que seguir soportando las mentiras con las que han ganado las elecciones: que los trabajadores no iban a pagar ganancia, que iba a haber pobreza cero y pleno empleo”.
“En un principio, nosotros llevamos propuestas para que no haya despidos y la ley propuesta por esta CGT fue vetada. A partir de ahí fueron mostrando todo lo que son capaces de gobernar, que desgraciadamente no dio participación al pueblo sino a un grupo de amigos, todos empresarios que están muy bien y nos llevaron a la situación en la que estamos hoy”, amplió Acuña. “Lo único que les preocupa es ver cómo cambian el ánimo del sector financiero. ¿Cuándo se van a ocupar de trabajar y calmar el hambre, el desempleo, la pulverización de los salarios?”, cuestionó..