El presidente Mauricio Macri volvió al conurbano rodeado por cientos de gendarmes e infantería con perros y un vallado de varias cuadras a la redonda para inaugurar un Metrobus fantasma en Morón. Estuvo acompañado por la gobernadora María Eugenia Vidal y por el intendente Ramiro Tagliaferro.
El polémico metrobus cubre sólo 33 cuadras y tuvo un costo de 155 millones de pesos, unos 4 millones por cuadra. Los vecinos indignados con esta obra que recorre la avenida Presidente Perón entre Morón y Haedo y donde transitan solo tres líneas de colectivos.
Los vecinos se quejaron que en la ciudad hay problemas estructuras que se deberían haber priorizado como obras hidráulicas, mantenimiento de establecimientos escolares, arreglos de pozos en calles totalmente destruidas. Como si fuera poco, con el metrobus cambiaron el sentido de circulación de más de 60 cuadras que lo rodean.
El presidente, en su breve mensaje, reconoció que “cuesta llegar a fin de mes”, aunque pidió un esfuerzo y que este “es el camino correcto”. Luego agregó que éste es el camino de “la verdad, la transparencia, el trabajo en equipo. No más mentiras. No más decirnos que las cosas pueden ser gratis y después encontrarnos con una deuda terrible”.
Por su parte, Vidal dijo que “tres años atrás era imposible pensar qué íbamos a estar acá”. Y agregó: “Cuando trabajamos como equipo podemos hacer estas cosas posibles. Esto le mejora la vida a la gente. Se puede trabajar sin clientelismo”.
A varias cuadras los vecinos protestaban, especialmente un grupo de docentes y padres que reclamaban que “pare con el ajuste” y que “invierta en la educación pública y la salud”. “Nos sentimos violentados por no permitirnos protestar pacíficamente”, dijo Soledad, una docente de Morón.