Con durísimas acusaciones por “mala praxis”, “impericia” y “desidia política”, la UCR responsabilizó al Gobierno en general, y al macrismo en particular, por la derrota que sufrió por parte del Frente Para la Victoria, el Frente Renovador y el Peronismo Federal en Diputados, que significó la pérdida del lugar que ocupaba Mario Negri en el Consejo de la Magistratura.
De esta manera, se abrió un nuevo frente de tormenta hacia el interior de Cambiemos. “El proceso de reformas en la Justicia y especialmente el avance en la investigación de hechos de corrupción han sufrido un duro golpe. Está por verse en el futuro inmediato, si ello además no es un retroceso definitivo”, expresó el radicalismo en un comunicado que lleva las firmas de su titular, Alfredo Cornejo, Luis Naidenoff, jefe del Interbloque de Cambiemos en el Senado, y el propio Negri, del bloque radical en Diputados.
La primera derivación sobre el creciente malestar se dio hoy: Negri y Naidenoff no se hicieron presentes en la reunión de Gabinete a la que habían sido convocados por Mauricio Macri, en Casa de Gobierno, para analizar temas de fondo sobre la marcha de la gestión y las últimas sesiones del Congreso.
Esta movida fue concertada con Cornejo, quien fue el promotor del duro texto. Todo indica que esta nueva grieta entre los socios tendrá consecuencias en el armado de las listas para el 2019, tanto a nivel nacional como en la estrategia de los distritos.
“Los referentes de las numerosas vertientes del PJ dejaron por un momento sus diferencias, sus insultos y agravios mutuos para celebrar un verdadero pacto de impunidad”, agregaron en relación a la exitosa jugada de la oposición para quedarse con una de las sillas en el órgano encargado de la selección y acusación de los jueces nacionales y federales. Era una banca que la fuerza detentaba desde 1998.
“La UCR no está sorprendida por ello —indicaron—. Sería pecar de ingenuidad creer que la lucha por la verdad, las sanciones y el recupero del patrimonio robado, tendría como auxiliares a los mismos que compartieron de un modo u otro la gestión kirchnerista”.
El radicalismo mostró de esta manera su profundo malestar por lo que consideró una “impericia en las filas del propio oficialismo”. “La impericia, mala praxis y desidia política están a la vista, y no estamos dispuestos a minimizarla u ocultarla”, remarcaron.
Las quejas y el enojo de la UCR generó malestar en la Jefatura de Gabinete, uno de los principales destinatarios del mensaje. “Es vergonzoso lo que hacen”, comentaba en las últimas horas un hombre cercano a Macri. “¿No son del oficialismo? Son relatores de la política. La critican a Carrió y, como ella, son espectadores y comunicadores de lo que pasa. De trabajar, nada. Se quejan pero no se ocupan —razonaba el funcionario—. En tres años sacamos casi 200 leyes y no trajeron nunca un voto”.
Hasta la semana pasada, el Gobierno contaba con Negri y con Pablo Tonelli como dos de los tres representantes en el organismo. Pero el viernes la oposición reunió 131 firmas, 10 más que Cambiemos, y le arrebató el lugar. A Negri le tocó abandonar el sillón. Quedará Tonelli, del PRO, y el diputado Juan Manuel López, del riñón de Elisa Carrió, como suplente.