La Iglesia advirtió hoy al gobierno de María Eugenia Vidal por “la masacre más grande de la historia de muertos en comisarías”, a raíz del incendio ocurrido días atrás en una dependencia policial en Esteban Echeverría, donde hubo un total de 8 personas fallecidas; y por la muerte del militante de la CTEP durante un desalojo en Ciudad Evita.
A través de un comunicado que lleva como título “No nos arrebaten la paz social”, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) denuncia la superpoblación carcelaria y las malas condiciones del establecimiento donde se produjo la masacre -la comisaría 3° de Transradio-, denunciando que “en este caso había 27 personas detenidas, 17 más de la capacidad de dicha comisaría, más allá que la misma estaba clausurada por incumplir con las condiciones básicas de seguridad y habitabilidad”.
“Urgimos a los poderes de la Provincia de Buenos Aires, para que adopten las medidas necesarias en el ámbito de sus atribuciones constitucionales, con el fin de asegurar que las detenciones y las condenas que se ejecutan en establecimientos sometidos a su jurisdicción no agreguen a la privación de la libertad lesiones a los derechos humanos de los presos”, plantearon los obispos.
Asimismo, la CEA reclamó que se aclare el episodio donde murió el militante de la Corriente Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Rodolfo Orellana, además de otros graves hechos.
Al respecto, el documento expresa que “tampoco podemos obviar sucesos de violencia y de inseguridad en La Matanza, que tienen como muestra en los últimos días: el no esclarecido incidente que tuvo como consecuencia la muerte de un militante de la CTEP en Ciudad Evita, el incendio del Móvil Sanitario de OPISU en el barrio San Petersburgo y el asesinato por robo de un vecino de Barrio Sarmiento cuando se dirigía a su trabajo en horas de la mañana”.
Por último, la Iglesia expresa: “Reclamamos la presencia efectiva del Estado que no haga de estos lugares “tierras de nadie”, donde gobierna la marginalidad y la droga bajo la complicidad de ciertos sectores de la seguridad”, al tiempo que pide poner fin a “la cultura del descarte que afecta a tantas personas excluidas, a quienes se considera desechables”.