El ex canciller, Héctor Timerman, murió esta madrugada a los 65 años, a raíz de que sufría de un cáncer terminal de hígado. El ex funcionario se encontraba cumpliendo una prisión preventiva ordenada por el juez federal Claudio Bonadio en la causa por supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA, según la denuncia del ex fiscal de la UFI AMIA, el fallecido Alberto Nisman.
Fue por este motivo que no pudo tratar en Estados Unidos su enfermedad hace un año, ya que ese país le denegó la visa, hasta que el juez federal Sergio Torres le concedió el permiso para viajar “por razones humanitarias”. Recién pudo trasladarse en marzo.
En julio pasado le tomaron declaración indagatoria en la causa por la firma del memorándum de entendimiento con Irán.
Por el avanzado estado de su enfermedad, Timerman había declarado de manera anticipada desde su casa aunque con complicaciones, con una voz pausada. “Lo lamento, pero es día a día. Además de cáncer tengo otras enfermedades”, había expresado Timerman aquel 13 de julio. “Cada vez tengo menos fuerzas y quiero demostrar quién miente y quién dice la verdad”, publicó un día antes en su cuenta de Twitter.
Timerman fue ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto entre junio de 2010 y diciembre de 2015.
Asumió en la primera presidencia de Cristina y dejó su cargo cuando asumió Mauricio Macri. En julio de 2004, Néstor Kirchner lo había designado cónsul general en Nueva York.
El 7 de diciembre de 2017, día que Bonadio le dictó la preventiva, Timerman tuiteó: “En 1978 mi padre, Jacobo, fue puesto en prisión domiciliaria luego de dos secuestros y varios centros de tortura. En 2017 su hijo, Héctor, es puesto en prisión domiciliaria. En ambos casos la DAIA y la AMIA colaboraron en nuestro calvario. Dan verguenza”.