A un mes del inicio del ciclo lectivo, en el Gobierno bonaerense ya tienen decidido ir a fondo en su pelea con los gremios docentes, y para eso recurrirá a estrategias de acción psicológica planificadas desde el Estado, con el objetivo de enfrentar a los docentes con la sociedad.
El argumento central de la administración de María Eugenia Vidal se basará en que si no empiezan las clases el 6 de marzo, como está previsto, la culpa será de los gremios. Con la mirada puesta en el malestar que generaría otro año con paros docentes, desde la Dirección General de Cultura y Educación están armando un esquema de “mesas educativas distritales” que impulsen “acciones tendientes a garantizar el inicio” en la fecha prevista.
De acuerdo a una circular que la cartera educativa reparte a sus funcionarios a lo largo y ancho del territorio provincial, se destaca que la consigna apunta a “adelantarnos a las situaciones de conflicto en materia educativa que puedan suceder”, no descartándose, incluso, dar batalla en un terreno que no es precisamente el fuerte de Cambiemos: la calle.
En tal sentido, el Gobierno incentivaría, a través de las mesas distritales, a la realización de movilizaciones callejeras para el 28 de febrero “en defensa del inicio de clases con los máximos referentes distritales”.
Asimismo, también prevén llevar adelante jornadas en las que se junten firmas o actividades con radios abiertas para cargar contra los docentes, e incluso presentar proyectos de declaración en los Concejos Deliberantes de los diferentes distritos para reclamar el normal inicio del ciclo lectivo.
Hoy el diario La Nación revela que la administración bonaerense convocará, a partir de la conformación de “mesas educativas distritales”, a padres de la comunidad de alumnos y alumnas para que “tomen partido”, y de esa manera actúen como fuerza de choque y de presión.
Justamente, en esa dirección va la estrategia de Vidal: persuadir a diferentes sectores para que adopten posición a favor del Gobierno ante la reedición de un seguro conflicto con los docentes, para de esa manera cargar culpas a los gremios en caso de que no inicien las clases el 6 de marzo.
Cerca de la gobernadora destacan que “este año tendremos una paritaria salarial entre dos, los gremios y el gobierno, pero al debate público educativo se sumarán los padres que nos están pidiendo garantizar los días de clases necesarios a nuestros alumnos. No podemos perder 27 días de clases nuevamente”.
Hace una semana, los gremios del Frente de Unidad Docente presentaron una nota a Vidal, para pedirle que los convoque de forma “urgente” a paritarias para retomar la discusión salarial pendiente de 2018, y otros reclamos sin respuesta en materia de infraestructura escolar.
Los gremios manifestaron la “necesidad prioritaria y urgente de discutir y resolver la política salarial impuesta por la gobernadora Vidal, por entender que “profundiza el deterioro del poder adquisitivo de los/as docentes” ya que el aumento del 32% otorgado por el Ejecutivo quedó lejos del 47,6% de inflación oficial de 2018.