En la Casa Rosada se ilusionan con que la gente empezará a tener algo más de dinero en el bolsillo a partir de abril. Es que teniendo en cuenta que las elecciones de octubre están a la vuelta de la esquina, y que la cuestión económica será fundamental a la hora de votar, en el Gobierno se aferran a las proyecciones que, a manera de promesa, trazó el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne para los próximos meses.
“Vos quedate tranqui, que en un par de meses la situación empieza a mejorar, y cuando llegue el momento de votar, acordate lo que te estoy diciendo, porque al menos van a valorar que nos esforzamos para que tengan unos mangos más”. Palabras más, palabras menos, esto es lo que le transmitió Duvojne a Mauricio Macri días atrás.
Según el funcionario –a quien lo monitorean todo el tiempo el presidente, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta para ir evaluando sus reales chances de reelección-, a partir de marzo o abril se empezará a producir una mejora en el poder adquisitivo de la población, sobre todo entre los jubilados y trabajadores en blanco.
La pregunta elemental que le hacen a Dujovne es de qué manera él estaría en condiciones de garantizar esa mejora. Y el ministro está convencido de que gracias a una esperable baja en la inflación, habrá una recuperación salarial.
Al respecto, destaca que en el caso de los jubilados recuperarían todo o casi todo lo que perdieron el año pasado, mientras que los asalariados registrados, recuperarán bastante.
Hay que recordar que el año pasado, frente a una inflación del 47,6 %, los jubilados tuvieron una suba de sus haberes de sólo 28,5%. En el caso de los asalariados, con el último dato actualizado a noviembre, los números anualizados son peores: aumento de sueldos de 27,9% para una inflación (noviembre 2017-noviembre 2018) del 48,5%.
Un funcionario que trabaja codo a codo con Dujovne, reconoce que “del 50% al 70% de los salarios medios suelen ser gastos fijos. Por lo que si te comés esos puntos del resto que le queda, es durísimo. En algunos casos les queda la plata únicamente para sobrevivir”.
Y la otra pregunta es por qué se espera que en marzo o abril haya un cambio de tendencia. Y al respecto, aseguran que a partir de ese momento empezarían a cruzarse sueldos en alza con inflación en baja, por las paritarias y por la movilidad.
En el caso de los jubilados, por ejemplo, el mes próximo (junto con los beneficiarios de la AUH) tendrán una suba de 11,83%. El número surge de la evolución de precios y salarios de julio, agosto y septiembre pasados. En septiembre, por caso, el IPC fue de 6,5%. Cuando los jubilados reciban ahora el aumento, la inflación se espera que gire en torno al 2,5%. Si esta baja se confirma, empezarán a recuperar algo del poder adquisitivo perdido.
Con los salarios ocurre algo parecido. Algunos gremios podrían activar “cláusulas de revisión” por la inflación pasada y empezarán a gozar de las subas de las paritarias. Así, tendrían aumentos superiores al incremento de precios proyectado. Siempre y cuando, claro, la inflación no traiga sorpresas desagradables, tal como nos tiene acostumbrados la administración macrista.
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Como que me llamo Carlo