Por Alfredo Silletta. La enfermedad de Florencia y el viaje urgente de Cristina Kirchner a Cuba produjeron conmoción en la oposición que aspiraba a que la actual senadora encabezara la candidatura a presidente en las próximas elecciones. Por ahora no hay una respuesta clara sobre qué hará CFK al respecto, aunque hasta hace una semana trabajaba intensamente en lograr la unidad con distintos sectores de la oposición, y sobre todo en la mayoría de las provincias.
La alarma se produjo cuando dos dirigentes de La Cámpora salieron a plantear que no “era necesario” que la ex presidenta sea candidata. Andrés Larroque afirmó que “no es fundamental que Cristina se presente porque lo más importante es construir un frente que pueda ganarle a Macri las elecciones”. Por su parte, Wado de Pedro, en el último congreso del PJ nacional en Ferro invitó publicamente a Sergio Massa a que se sume al frente opositor. También el dirigente porteño Eduardo Valdes señaló, luego del viaje de Cristina a la isla caribeña, que “no tiene ningún sentido que Cristina sea candidata si el sometimiento y el microclima en el que se tiene que mover es esta locura, este odio, esta visceralidad de citarla a ocho indagatorias en un solo día”.
A estas declaraciones hay que sumarle el lanzamiento de la precandidatura de Daniel Scioli. El ex candidato a presidente, cuestionado por los sectores más duros del kirchnerismo, está decidio a participar de las próximas PASO del peronismo. La idea del ex gobernador es presentarse como un dirigente cercano al kirchnerismo pero independiente, con la idea de sumar sectores medios que siguen cuestionando a Cristina. Como afirmó un importante dirigente que estuvo presente en el ND Ateneo “a Scioli no hay que descartarlo. Perdió un brazo y volvió a correr en lancha, estuvo peleado dos años con Néstor y terminó siendo el gobernador de Buenos Aires, y hace dos años perdió por solo dos puntos con Macri y quiere la revancha.
En caso de que Cristina finalmente no se postule y permita las PASO, Scioli deberá competir con Agustín Rossi, que todavia no logra crecer en las encuestas, y con Felipe Solá, un dirigente que estuvo peleado con el kirchnerismo pero recompuso su relación con la senadora. Axel Kicillof, en caso de que no juegue la ex presidenta, es el candidato seguro para pelear la gobernación de Buenos Aires, donde está muy bien en las encuestas y ya supera a María Eugenia Vidal.
Algunos dirigentes se preguntan qué hará la dirigencia de Alternativa Federal, especialmente Sergio Massa y Roberto Lavagna, los únicos que suman votos, ya que Pichetto y Urtubey hoy no miden. El tigrense ha caído fuerte en las encuestas, y su dirigencia del Frente Renovador le pide a gritos que arregle con Cristina y el peronismo, pero su ego y su dependencia del Grupo Clarín no le permiten acordar. Como si fuera poco, apareció Roberto Lavagna y le restó más votos y, por sobre todas las cosas, el apoyo de algunos empresarios que prefieren al ex ministro de Economía de Duhalde y Kirchner.
Muchos se preguntan si Cristina no juega por qué no apoyar a Lavagna. En primer lugar hoy no tiene votos ni estructura y sigue pidiendo que toda la dirigencia de Alternativa Federal, el kirchnerismo y el peronismo lo apoyen como si fuera “un salvador”. El turco Asís ayer fue lapidario: “puede terminar como Randazzo”, pronosticó. Desde el mundo empresarial afirman que la idea de “levantarlo” al ex ministro de Economía no es porque crean que se va postular a presidente, sino para que lo elija el mejor candidato de la oposición -Cristina o quien sea- como un superministro de Economía en el próximo gobierno. “Necesitamos a Lavagna para que renegocie con el FMI y los acreedores privados el drama de la deuda externa que dejará Macri -hoy impagable-, y que defienda la empresa nacional y el salario para recuperar el consumo interno”, afirmó un muy imporante empresario argentino que en 2015 había apoyado a Cambiemos.
¿Cristina será candidata? Todavía no lo sabemos. Habrá que esperar cómo evoluciona la enfermedad de su hija y cuáles serán sus próximos pasos. Hoy es la dirigente que más mide, y a veces los grandes líderes toman decisiones pensado en la gente, antes que en sí mismos. Recordemos a Juan Domingo Perón que estando enfermo y cerca de los 80 años decidió volver a la Patria, o al mismo Hugo Chávez, que estuvo al pie de la batalla hasta el último día. La decisión está en ella y hay que respetarla.