Sin margen de maniobra y sin logros para poder exhibir, al gobierno de Mauricio Macri no le queda otra que instalar el discurso del “esfuerzo” y el “sufrimiento” para encarar la campaña electoral, en medio de una situación económica que golpea cada vez con más fuerza a la mayoría de los argentinos, y a la que no le encuentra salida.
Hasta no hace mucho tiempo atrás, el presidente se aferraba a muletillas como “el segundo semestre”, “lo peor ya pasó”, o “atravesamos una tormenta”. Pero después de que la crisis se profundizara y ante la proximidad de las elecciones, el Gobierno no tuvo sustento para seguir insistiendo con un optimismo que no tiene sentido, y ya ni siquiera pone plazos para una supuesta recuperación económica.
El ejemplo más contundente de este mensaje del sufrimiento, fue cuando hace un mes compartió en su cuenta de Instagram un video en el que aparecen dos rosarinos, uno de los cuales -dueño de una fábrica que no vende nada hace cuatro meses-, destaca que “hay que hacer un sacrificio, ahora hay que sufrir, no se puede vivir toda la vida de prestado”. Y agregó que “el problema de la Argentina somos los argentinos”, lo que generó una oleada de críticas por haber difundido esas palabras.
Como no podría ser de otra manera, y sumada a esa corriente, la vicepresidenta Gabriela Michetti dijo en un reportaje con La Nación que “aun con desencanto y desesperación” (…) “la ficha que caerá será la del esfuerzo realizado y la necesidad de continuar en ese camino”. “Estoy convencida de que en el momento decisivo la gente entenderá que no queda más que seguir adelante”, aseguró, apelando al voto “abnegado”.
Por su parte, la gobernadora María Eugenia Vidal había visitado a una supuesta vecina común en una casa de chapa, y le aseguraba que seguía creyendo en el Gobierno pese a estar sumida en la pobreza.
En tanto, la diputada Elisa Carrió publicaba en su cuenta de Twitter: “Vamos a sufrir porque la libertad es un trabajo. Estamos hace 80 años en el robo. Cuando te robaron la casa, hay que empezar de nuevo”.
Para el analista Marcos Novaro, “las encuestas indican que algo de apoyo tiene esa idea, hay tolerancia al ajuste considerable, que se mantiene en el tiempo”. Sin embargo, advirtió que “si no se dan buenas noticias antes de las elecciones”, ese discurso “no va a alcanzar”. En ese sentido, se refirió a que el Gobierno deberá tomar medidas para levantar el consumo y frenar la suba de tarifas.
Por su parte, el politólogo Andrés Malamud también se refirió a este discurso del sufrimiento, y dijo: “No se me ocurre qué otra cosa podrían decir sin cambiar de programa económico”.