Con el patrocinio de los abogados del Grupo Clarín, el periodista y operador Daniel Santoro pidió postergación para no presentarse el día de hoy, con la intención que los pedidos de Elisa Carrió, el juez Claudio Bonadio y el Gobierno logren sacarlo del medio. El juez Alejo Ramos Padilla acepto y postergó su declaración para el 17 de julio a las 11 horas.
El juez sospecha que Santoro integró la asociación ilícita que protagonizó el falso abogado Marcelo D’Alessio y que no sólo se nutrió de información originada en esa organización –algo que está dentro de la actividad de cualquier periodista– sino que tuvo un grado de participación en algunas de las maniobras, en especial la extorsión al empresario Mario Cifuentes. Ramos Padilla sostiene que D’Alessio coaccionaba y extorsionaba y que uno de sus métodos de presión eran las publicaciones de Santoro.
En su escrito, Ramos Padilla afirma: “Santoro, además de ser un usuario de la información que le proveía la misma con posible conocimiento de que provenía de actividades de inteligencia prohibidas que se realizaban sobre empresarios o dirigentes políticos, también habría brindado de manera confidencial información a Marcelo D’Alessio respecto de las actividades de sus colegas, que luego eran reportadas a otros miembros de la asociación ilícita”. “Marcelo D ‘Alessio y la organización de la que participaba utilizaban su relación con Daniel Santoro para amedrentar y extorsionar a sus víctimas y las intimidaba con publicaciones periodísticas -que en algunas ocasiones se concretaban- y tenían como fin impactar en la conducta de alguna persona –como por ejemplo, en los casos de Gabriel Traficante o Mario Víctor Cifuentes-“, concluyó el magistrado.
Mientras tanto, la diputada Elisa Carrió, imputada por el juez de Dolores, igual que Claudio Bonadio, quiere recusar al camarista Alejandro Slokar para tener mayoría en Casación y poder quitarle la causa al juez Ramos Padilla. Esa es la jugada del gobierno para romper la sala II que revisa si la causa por espionaje ilegal que involucra a distintos funcionarios, espías ilegales y periodistas continua en Dolores o la mandan a a los amigos de Comodoro Py.
La sala además debe resolver en torno a la rebeldía de Carlos Stornelli, de allí la presión brutal a la sala II y al Consejo de la Magistratura para sacarse de encima al juez Ramos Padilla.