Un joven de 32 años denunció hoy públicamente por abuso al cura platense Eduardo Lorenzo, confesor del padre César Grassi, que actualmente sigue ejerciendo de cura en la iglesia de Inmaculada Madre de Dios de Gonnet. Hace más de 11 años que tiene una denuncia penal por abuso sexual con acceso carnal agravado y está libre. “El abuso del cura Lorenzo me persiguió hasta en el vínculo con mi hijo”, declaró la víctima ante la prensa, Julián Darío Bartoli.
El joven manifestó que “fue abusado por el cura Eduardo Lorenzo en el colegio Nuestra Señora de Lourdes entre 1999 y 2001, cuando tenía 13 años y recién comenzaba mi adolescencia”. En esa línea, narró que “con los foros de seguridad del barrio se metió de lleno en la vida de la iglesia y la escuela que usó como lugares para esconderse a plena luz del día detrás de su sotana. Tenía la imagen de un cura párroco que elegía a sus víctimas en esos lugares”.
Julián está casado, es padre de dos hijos y tiene una empresa exitosa de energías renovables, GoodEnergy, pero recién después de 20 años logró poner en palabras el abuso que sufrió de parte del cura Eduardo Lorenzo.
“Durante los dos años de abuso, mi vida se tornó un calvario psicológico, en el que yo era sometido todos los días a diferentes tipos de maltrato causados, a veces, solo por cómo estaba vestido, o porque no había llegado a horario a la preparación de la misa, o me cortaba o no el pelo. En conclusión, cualquier cosa era válida para destruir mi autoestima”, recordó Julián.
Eduardo Lorenzo es capellán del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), confesor de Julio César Grassi, quien está también -como el sacerdote fundador de Felices Los Niños condenado a 15 años de prisión- denunciado por abuso sexual y corrupción de menores.
En su relato, Julián recordó: “Este cura tiene como modus operandi hacer fiestas en quintas que él mismo alquila. A la noche siempre hay alcohol, nunca hay mujeres y siempre hay varones mayores y menores de edad. Yo habiendo sido invitado a una fiesta, él me manda a llamar a su habitación privada, y cuando entro, estaba semi desnudo exhibiendo su pene acostado en su cama, ¿qué les parece que esto genera en la psiquis de un chico? Al día de hoy no puedo acordarme qué pasó y qué me hizo”.
“Hasta mis 24 años todo esto se mantuvo escondido dentro mío, hasta que conocí a Marianela, quien hoy es mi esposa y madre de mis dos hijos, a quien pude contar el trauma más grande de mi vida. Los fantasmas volvieron a aparecer con el nacimiento de mi primer hijo, Ignacio. Los abusos de Lorenzo hicieron que los primeros años de vida de Ignacio dudara que cuando lo bañara, durmiera con él, lo abrazara o diera besos no fuera a pasar que repitiera lo mismo que Lorenzo hizo conmigo. Además de eso, sufrí ataques de pánico. Todo esto se transformó en una mochila que debía cargar conmigo cada día de mi vida”, narró Julián.
“En marzo de 2019, gracias al trabajo de muchos periodistas comprometidos con estos casos pude leer la historia de León y fue ahí donde decidí sacarme la mochila, dejarla a un lado, darme vuelta y enfrentar el problema en serio”, explicó Julián y cerró: “El día que yo denuncié me saqué esa mochila que venía llevando hace más de 20 años. Lo peor eran los pensamientos oscuros, los ataques de pánico, palpitaciones, el verlo a Lorenzo todas las semanas en la calle en gente que ni siquiera se parecía, dejé de tener pesadillas, y me siento más liviano que nunca”.
La denuncia
Actualmente la causa está a cargo de la fiscal Ana Medina. Hasta el momento los testimonios de León, Julián y el tercer testigo son los más importantes de la causa.
Vale remarcar que las dos semanas previas a la fecha de la audiencia de Julián Bartoli, el cura Eduardo Lorenzo, llamó a la casa de los padres de Julián. Dicha conversación fue grabada y está a disposición de la fiscal Ana Medina. El miércoles 3 de julio, un día antes que Julián declarara, el abogado de Lorenzo, Alfredo Gascón, volvió a llamar a la casa de la familia Bartoli, porque el doctor quería “reunirse con Julián” antes de que testificara ante la fiscal. Esa conversación también está a disposición de la fiscal.
Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico
En 2013 se crea una Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico, que tiene a cargo, entre otros profesionales a Carlos Lombardi y Liliana Rodríguez. Esta Red lleva más de 68 curas y monjas denunciados en todo el país. Está integrada por más de un centenar de hombres y mujeres, chicos y chicas, de la Argentina que en su niñez y/o adolescencia fueron violentados y ultrajados por integrantes de la Iglesia.