Con el correr de los días, la dimensión política del PRO ,se vuelve más y más intrascendente ; Por el contrario los viejos peronistas que nutrían, inocuos, ese mismo espacio despiertan de su letargo y se activan nuevamente; se muestran de los más enjundiosos, sienten que llegó la hora de pasar a la acción, acompañando claro está a un Pichetto, dispuesto a dar su batalla melancólica en defensa de un peronismo “racional” de mercado y sin amor. Incluso dispuesto a pasar al acto y despeñarse como japonés en Okinawa desde lo alto del senado hacia el torrente de flujos financieros impiadosos. Parece que al final todo se encamina a una típica interna dentro de lo que podríamos denominar un tradicional espacio ampliado del Peronismo, esa invención política siempre polémica (Es que al igual que a la vida, nadie puede dar la definición de que es el Peronismo pero se nota perfectamente cuando este se hace presente).
Y así, a Mauricio Macri y a su gente no les quedará más remedio que posponer sus oscuras convicciones antiperonistas. El tendrá que aceptar ser el candidato “extra partidario” que compita dentro de esta interna sintomática, interna que, como es de esperar, encontrará sus obstáculos y reproducirá viejas ofensas repetidas a lo largo de su historia. Pienso en la ahora fiel Patricia, justo después de haber construido con dedicación su república punitiva. Ella también tendrá que detener ese goce alocado que la perturba.
En definitiva esta elección será entre los que quedaron atrapados en el borde impreciso que produjo el ultimo drenaje menemista con su secuela de conversos y los que, con sus variantes mantienen las convicciones para con algunas verdades irrenunciables que siguen nutriendo al peronismo/kirchnerismo que por otro lado parece lejos de haber agotado su arsenal de novedades políticas. Creo que la situación, con sus diferencias no es muy distinta de aquellas elecciones del 2003 que a su vez fueron también la disputa de una crucial interna del peronismo.
Artista plástico
septiembre 2019