María Eugenia Vidal sabe que perdió por goleada con Axel Kicillof. Durante años creyó que era la política más importante, hasta soñó con ser ella la candidata a presidenta a principios de año. Mauricio Macri, que se considera el dueño de la pelota y del PRO, la fue llevando, diciéndole que si él no media se bajaba a fines del año pasado, después que le permitiría desdoblar las elecciones y finalmente le dijo que no, que esperara cuatro años más para sucederlo. El final ya todos lo conocemos: Macri se va a su casa y Vidal también.
Entre ambos hay una diferencia. El presidente cree que puede forzar un balotaje y en caso de perder ya le aviso a sus amigos que en “dos años vuelvo”, primero con legislador y después por la presidencia en 2023 como hizo Sebastián Piñeira en Chile. Ella en cambio culpa al presidente y en especial a Marcos Peña, a quien no le dirige la palabra.
En esa guerra, hoy el presidente volvió solo a la provincia de Buenos Aires donde recorrió obras en la Ruta 8, en un tramo entre Pilar y Pergamino. Allí afirmó que “acá estoy, haciéndome cargo, por eso hemos tomado medidas, porque hay que ocuparse de la urgencia, pero también hay que pensar en el futuro y este cemento tiene que ver con el futuro”. Y una vez más culpó al peronismo: “Las obras han dejado de ser sinónimo de la corrupción. Hoy las obras se hacen con precios competitivos”. Junto al presidente estaba el ministro Guillermo Dietrich, desde ayer imputado en la Justicia por el negociado en los peajes.
Mientras tanto, hoy Vidal se fue a Mar del Plata donde recorrió comercios e hizo una caminata para apoyar a su candidato, Guillermo Montenegro. “Si ustedes no aflojan, yo no aflojo” les decía a los que conversaban con ella. La visita fue ultra secreta ya que temen nuevos escraches como el que sufrió en San Fernando cuando quiso tomar un café en la pizzería Pompeii.
En Mar del Plata, la pelea electoral es muy pareja, Juntos para el Cambio sacó el 40,5% y el Frente de Todos 39%, con una tremenda elección de Fernanda Raverta.
Por ahora, caminos separados, aunque ya adelantan que quizás en la próxima semana, tanto Macri como Vidal terminen en algún acto juntos para disimular las broncas de ambos.
1 comentario
Yo no dejaría de tener en cuenta otra posibilidad, que Vidal sea el próximo panqueque.
Y, hablando en serio, Macri parece convencido de que estará al frente de la oposición y puede volver. Se cree que llegó a presidente por sus grandes méritos propios, no quiere darse cuenta de que ha sido uno de esos personajes de “usar y tirar”.